Cuenca.- Cuatro días permaneció secuestrado un ciudadano que desde la ciudad de Cuenca salió en su camioneta con el propósito de trabajar haciendo el traslado de una pasajera hacia la ciudad de Quevedo, en la provincia de Los Ríos.
El afectado relata que todo inició cuando con el propósito de buscar oportunidades de laborar decidió utilizar una aplicación digital que permite ofertar el servicio de carreras y captar pasajeros. Así es como una joven se contactó con él solicitándole que desde la Terminal Terrestre de la ciudad de Cuenca la llevara hacia Quevedo.
Todo parecía estar bien. Recogió a la pasajera y avanzó por la vía Cuenca-Molleturo y al llegar a El Empalme fue interceptado por dos vehículos; ya no pudo realizar maniobras con la camioneta y fue golpeado en la cabeza con la cacha de un arma de fuego, quedando inconsciente.
Cuando despertó, él estaba con las manos y pies amarrados, además tenía los ojos tapados. Logró percatarse que estaba en una zona rodeada de vegetación y el piso era lodo. Allí permaneció cuatro días bajo amenazas y maltratos; mientras los secuestradores llevaban a cabo la otra parte del delito, exigir a los familiares de la víctima 5.000 dólares por el rescate.
Mientras tanto, la esposa del secuestrado fue quien desde la ciudad de Cuenca, en medio de la desesperación, buscó ayuda en las entidades encargadas de la seguridad, pero lo que recibió fueron trabas y demoras en los papeleos, primero para reportar a su esposo como desaparecido, porque aún no sabía qué le sucedió. Pero ella estaba segura que algo malo ocurrió.
Luego de entrarse que fue secuestrado y que pedían rescate, debía colocar la denuncia por secuestro. Ella detalla que por parte de la Policía Nacional y la Fiscalía no hubo agilidad en los trámites o al menos el intento de la búsqueda.
La ciudadana en su desesperación optó por viajar a Quevedo en donde tampoco recibió la ayuda o atención de las autoridades. Lo único que le decían es que espere porque “así funcionan las cosas”.
En Cuenca le decían que la denuncia la debe efectuar en Quevedo, pero al llegar allá le decían que la denuncia debe ser colocada en Cuenca, porque él salió desde esa ciudad. Todos se contradecían.
Desconsolada retornó a Cuenca y fue cuando los secuestradores le exigieron el pago del dinero. Hubo desesperación porque no contaba con el dinero y la única opción era pedir a sus allegados hasta reunir tal cantidad.
El caso fue puesto en conocimiento de la Unidad Anti Secuestros y Extorsión (UNASE). Al inicio los agentes de esta unidad se pusieron en contacto con la esposa del secuestrado y luego su ayuda fue únicamente por mensajes de texto. No hubo el desarrollo de una investigación o un acompañamiento a los afectados.
La perjudicada señala que a pesar de que los policías sabían que la familia iba a entregar el dinero exigido por los secuestradores, hasta ahora los agentes no se han vuelto a comunicar ni para preguntar si se logró el rescate o el afectado continúa secuestrado.
La ciudadana relata que al no tener el apoyo de las instituciones encargadas de la seguridad, lo único que le quedó fue “jugarse a la suerte” de realizar el depósito de los 5.000 dólares en una cuenta que fue facilitada por los extorsionadores.
El pago se cumplió un sábado, alrededor de las 11:30, y el ciudadano fue liberado una hora después cerca de la Terminal Terrestre de Quevedo. Los secuestradores liberaron a la víctima y le dejaron con dinero para que pueda regresar en bus a Cuenca.
Pero, los allegados que lo estaban buscando lo encontraron y lo trasladaron hacia Cuenca. (I)
Falta agilidad en ayuda a familias
La familia de la persona víctima de secuestro señala que falta agilidad en la ayuda que se debe recibir al denunciar este tipo de delito. Señala que la realidad es muy complicada porque quienes está encargados de la seguridad esperan la orden escrita en un papel y luego al tener la orden, tampoco se hace nada.
Los perjudicados señalan que la única fortaleza durante el delito perpetrado fue la familia. Por eso recuerdan a todos que no hay nadie más importante que la propia familia y que en los problemas es donde se refleja la ayuda. Ahora, ellos buscan disfrutar al máximo el tiempo en familia y esperan que a nadie más le toque afrontar una situación de extorsión.
Esperan que al contar su vivencia sirva a todos para tener más cuidado y la debida precaución al ir en busca de personas desconocidas o de situaciones que representen riesgo.
Datos
Mientras el ciudadano procedente de Cuenca estaba secuestrado el pudo escuchar que al menos otras cuatro personas afrontaban la misma situación de secuestro: pedían auxilio.
La camioneta de la víctima fue robada y no hay rastro de su paradero. El automotor fue reportado como robado, pero los propietarios han perdido la esperanza de recuperarlo.