A propósito que conmemoramos un aniversario más del “Primer Grito de la Independencia”, hecho histórico acaecido el 10 de agosto de 1809, saludamos este acontecimiento especial para la patria, que por historia conocemos que hubo patriotas y héroes, pero más “héroes patriotas” que ofrendaron sus vidas para darnos la libertad.
Fecha gloriosa que nos dejó un legado de patriotismo que ha quedado inscrito en las páginas de la historia, empero que, por el presente que transcurrimos nos induce a interrogarnos: ¿hoy en Ecuador existen patriotas?… creemos que no, porque “héroes patriotas” como los del 10 de agosto de 1809, no se avizoran, a sabiendas que estamos viviendo una crisis de valores, en donde más se muestran los antivalores solapados en la famosa “viveza criolla”, más se presentan los oportunistas y sobre todo los mitómanos salvadores de la patria. Y lo paradójico, que se escucha en estos días, es que casi todos los candidatos ofrecen gobernar con “patriotismo” en favor de los intereses de los más desposeídos, aunque los ofrecedores son los más interesados de los votos de los “queridos compatriotas”.
Conmínanos a que en honor a esta fecha gloriosa, todos los políticos en homenaje al 10 de agosto de 1809, dejen de predicar los ofrecimientos patrioteros, que seamos más realistas y sinceros y digamos honestamente a los ecuatorianos que: en pocos meses el nuevo gobierno máximo que puede hacer es tratar de encontrar un nuevo rumbo para un país con un pueblo frustrado que ya no cree en nadie, por el contrario, que necesita de acciones positivas y sinceras de los políticos, “algunitos” falsos patriotas, para que el pueblo pueda retomar la confianza en sus autoridades.
De los héroes en las batallas no hablamos porque al menos dudamos, pues ninguna persona en su sano juicio puede ofrendar su vida, pues si la historia habla de héroes en verdad fueron personajes que perdieron el instinto de supervivencia, de allí es que compatriotas: si alguien en estas próximas elecciones quiere mostrarse como “héroe patriota”, no es sino un ardid para ganar las elecciones y luego…no sabemos qué… ¡DIOS NOS LIBRE! (O)