El miedo se ha apoderado de los ecuatorianos, vivimos temerosos, en sobresalto, cuidándonos de los unos y de los otros, desconfiando de todos, caminando a hurtadillas, apresurando el paso y sin volver la mirada, enclaustrándonos pronto, observando muchas horas las pantallas del televisor y del celular e incluso chateando contendidos que infunden hasta pánico. Se está llegando a la adicción inconsciente del miedo, nos está atrayendo las series y películas tenebrosas, y lo más preocupante, nos está agradando las noticias que producen pánico y terror. Se mercantiliza el miedo a través de un vestuario, una máscara, una pistola, un corto metraje, hasta una trasmisión en directo de una masacre en cualquier parte de la ciudad o del mundo.
Estamos viviendo el miedo; la televisión, las radios, los periódicos, las redes sociales compiten para informarnos de muertes, accidentes, desastres, y afines, sumándose desinformaciones que venden y generan también el miedo como que: va a ganar las elecciones una persona que no respetará los derechos humanos, presencia de secuaces que seguirán esquilmando la economía; además del miedo a ser despedidos del trabajo, de la incertidumbre generada al escuchar que se nos van a quitar el dólar, y que resurgirá con mayor fuerza la emigración en un país de miedo.
Un miedo que se agigantó con el genocidio de Fernando Villavicencio, guste o no guste, el hombre que desafió a los generadores del odio y del miedo, acalló a los intocables, empero, nos preguntamos: ¿ecuatorianos dónde o cuándo nos perdimos de la senda del bien, y quién o quiénes son los responsables, o a quién o a quiénes les interesa que el Ecuador sea presa del miedo? Queremos un país libre, de paz, de tranquilidad y con esperanza en el futuro, por ello, pensemos bien ecuatorianos al dar el voto, lo contrario, estaríamos dando en bandeja de plata a “dizque” mandatarios que continuarán con la película del miedo. Ustedes compatriotas tienen la última palabra y recordar que: “EL VALIENTE NO ES EL QUE NO SIENTE MIEDO, SINO EL QUE A PESAR DE TENERLO ACTÚA.” (anónimo). (O)
