Isaac Dávila combina el deporte con la gastronomía

El oriundo de Machala, pero cuencano de corazón, juega el Rey de los Deportes, desde los 11 años. Esta disciplina se ha convertido en su pasión; es defensor.

Leonardo Isaac Dávila Zhinin, no solo tiene buen talento para la pelota, también cumple un rol importante en el negocio familiar liderado por su padre Leonardo. Su pasión por jugar al fútbol nació a los 11 años. Gracias a su disciplina y dedicación ha vestido uniformes de varios equipos azuayos. Su sueño es ser jugador profesional, sin embargo, hoy, participa del Mundialito de los Pobres, donde brilla con la camiseta de Los Arupos.

Dávila lleva este deporte en la sangre, puesto su papá fue parte de la selección de la provincia de El Oro y también integró el equipo juvenil del Audaz Octubrino. Don ‘Leo’ se ubicaba en el campo de juego como defensor. Él ha sido un pilar para que su hijo brille en el deporte.

Isaac se siente un azuayo más, a pesar que nació en Machala; vive en esta ciudad desde hace 19 años. Sus padres tomaron la decisión de radicarse en Cuenca.

El gusto por el fútbol se dio a los 11 años. Recién a esa edad ingresó a la escuela de El Cuartel. Luego fue parte de la sub-12 del Deportivo Cuenca. En ese proceso de formación también integró las formativas de Gualaceo SC. Su proyección como jugador venía en ascenso, pero llegó la pandemia y los campeonatos juveniles se suspendieron.

Esta situación obligó a que Isaac busque un equipo en la Segunda Categoría de Azuay. Nuevamente se puso la camiseta de El Cuartel en 2021. Año seguido aceptó una propuesta para formar parte de Aviced FC, donde fue campeón. No obstante, en el transcurso de esa temporada sufrió una ruptura del ligamento cruzado y meniscos. Con este infortunio se le vino el mundo abajo.

“Dios nos da la fuerza para salir adelante. Sentía que aquí se acabó todo, pero tuve el apoyo de mi padre y puedo decir que, sigo disfrutando del fútbol. Mi recuperación duró cerca de ocho meses. Fue un tiempo desesperante, pues sentía que estaba en mi mejor momento”, comentó ‘Ishaco’, como le dicen algunos de sus amigos.

Tras sanar de su lesión, Isaac contaba las horas para regresar a las canchas. Recién en junio de este año nuevamente pateó un balón. Jugó con San Roque y Centenario sub-20, en torneos de futsal.

Ahora, siente confianza de continuar en el camino del fútbol y en algún momento fichar por un equipo profesional. No pierde la esperanza de cumplir el sueño de su padre.

Trabajo

Isaac Dávila divide el tiempo entre el deporte y el trabajo. El joven deportista labora en el negocio familiar: Cevichería y Encebollados “Don Leo”. Él se encarga de receptar los pedidos de los clientes y entregar a la mesa las órdenes de comida.

Comenta el futbolista entre risas que, la cocina no es su fuerte, pero en su dieta alimenticia no falta el encebollado.

El propietario del restaurante es su padre Leonardo y allí también labora su hermana Shirley, de 23 años.

“Mi papi siempre me ha apoyado y yo también le ayudo en la Cevichería. Yo me levanto a las 06:30; vivo con mi mamá (Katrine Zhinin). A las 07:00 estamos en el lugar de trabajo, hasta que todo se acabe. Luego de esa jornada descanso un poco”, explicó.

La jornada diaria de Isaac se conforma entre el trabajo y el deportes. Pero, él reconoce que todo esfuerzo tiene su recompensa. Está orgulloso de estar cerca de su familia. Todos sus partidos y goles son dedicados a sus padres.

Mundialito

El Mundialito de los Pobres es una historia aparte para el jugador de 20 años de edad. En el 2021 debutó en este certamen con Panamericana Norte. Año seguido no juega por su lesión.
En el 2023 quería tomarse un descanso, pero recibió una propuesta para vestir la ‘piel’ de Arupos.

“Dí mi palabra a este equipo y hemos armado un grupo fuerte. Siento confianza plena en el momento de ingresar a la duela del coliseo Jefferson Pérez”, aclaró el capitán de Arupos.

A más de hacer lo que le gusta, el fútbol le ha regalado grandes amigos. Dos de ellos Jonathan ‘Mono’ Fernández y Marco Campoverde. Ambos integran la plantilla de Medio Ejido, que también juega el interbarrial de indor.

Su equipo en el certamen de la pelota chica juega en el Grupo I. En el segundo partido logró la victoria de 5-4 ante uno de los favoritos, Ciudadela del Joyero. Suma tres puntos (-2 de gol diferencia). Cerrarán la primera fase enfrentando a El Vado.

“Jugar el Mundialito a uno le hace especial; es un campeonato diferente. Son partidos a muerte y no se puede regalar nada. Son varios meses de preparación y en unos cuantos días te quedas fuera de competencia. Sueño con jugar una final”.