Cuenca exhibe una imagen de ciudad española, desde su fundación, no obstante, la influencia de la cultura francesa en nuestra ciudad se encuentra manifiesta en distinta en distintas instancias de la cultura francesa en nuestra ciudad, a partir de la llegada de la primera Misión Geodésica, en 1739 y, desde entonces, el afrancesamiento se instaura desde finales del S. XIX y comienzos del S. XX.
Los aspectos más ostensibles en este proceso se destacan en la arquitectura, con señeras edificaciones en el sector urbano, elevadas en distintas calles del centro histórico, construcciones que hablan de la importancia y el sabor del país mediterráneo. La nomenclatura de sus calles, como La Condamine, muestran este proceso. La plaza de San Sebastián reviste un estilo renacentista, con alguna similitud de los jardines de Versalles. Juan Senierges, médico francés, trabajó y ofrendó su vida en a ciudad. La actual casa de la Bienal de Pintura (1907), en la Cruz del Vado, con su estilo de latón repujado a mano y papel tapiz en sus paredes interiores, son muestras de esta influencia. También la Clínica Bolívar anota un marcado estilo neoclásico francés (1929), la casa que perteneció a Florencia Astudillo, hoy denominada Casa del Coco, comporta una fusión de estilo colonial y decoración francesa. La casa de la familia Jerves Calero, el Seminario San Luis, la Casa Sojos, la Dirección de Educación, la Corte de Justicia, la Iglesia de San Alfonso, la Alcaldía de Cuenca, el Museo Remigio Crespo, el Colegio Benigno Malo, en tre otras edificaciones de estilo francés.
También en la dimensión educativa, la influencia francesa se registró en el Colegio de los Sagrados corazones, cuyas religiosas llegaron de Francia para su fundación y, por tanto, su cultura e idioma resaltaron en dicho centro educativo. La Marsellesa, himno francés, se entonaba en todas las celebraciones de este colegio. Bien por cuenca y su herencia francesa que aún subsiste en menor grado. (O)
