Son las 05:00 de un miércoles en Cuenca. Es una fría mañana, así que agarro mi ollita para calentar un cafecito pasado en media con un rico pan mestizo y unos huevitos runas. ¡Vaya, qué bendición! Luego, me voy a darles de comer a los animalitos, que son mi compañía.
Bueno, son casi las 06:30 y me preparo para irme a hacer unas compritas. Hay que aprovechar los miércoles porque en la Feria Libre hay buenos precios esos días. Camino unos 20 minutos y llego a la parada, esta medio vacía porque las guaguas están de vacaciones. Pasa el bus y me embarco a mi destino.
Escucho las noticias y me he quedado sorprendido. Tanto político involucrado en casos de corrupción, robos, asaltos, vacunadores, narcotráfico, asesinatos. Quiero llegar rápido porque me ha entristecido lo que ocurre en el país.
Corro a ver unos aguacates. Antes compraba cuatro por 1 dólar, ahora solo me venden dos. Lo mismo ocurre con los limones. Con 1 dólar compraba 25, ahora solo me dan 10, inclusive unos secos. La cubeta de huevo ha subido a más de cuatro dólares. Les pregunto, por qué tanto incremento y me dicen que es por la guerra de Ucrania, por el Fenómeno del Niño, por la inseguridad, por la migración, por los vacunadores, en resumidas, por cualquier pretexto. Que más queda, me decía internamente.
Estaba mirando un poco de frutitas cuando escuché unos sonidos de bala. No sabía dónde esconderme. La gente corría despavorida por cualquier lado. Alcancé a escuchar que un par de sujetos se enfrentaban y uno empezó a disparar. Solo quiero que la situación se tranquilice para irme a la casita. ¡Tengo angustia y miedo!
De regreso en el bus me encontré con una vecinita. Le cuento todo lo que me ha pasado. Ha subido todo, le dije. Las frutas, las verduras, los granos, los robos, los asaltos, los especuladores. Eso sí, hay que callar porque si reclamamos nos echan la culpa a nosotros mismos. (O)
