En el 2020, Estados Unidos con 630.505 parejas y Rusia con 564.704 encabezaban el ranking de los diez países con mayor número de divorcios, seguidos de Alemania Turquía, Francia, Ucrania, Reino Unido, Corea del Sur, España, e Italia. En este mismo período el INEC registró en el Ecuador 38.938 matrimonios y 14.568 divorcios.
Sin duda, la disolución del vínculo matrimonial es una de las causas más dolorosas en la vida de las personas, siendo un acontecimiento relacionado a muchos sentimientos, especialmente de dolor y angustia, que impacta no sólo a la pareja sino a la familia entera.
Las investigaciones coinciden en que los problemas más comunes que se presentan en los hijos de padres separados son la agresividad, desobediencia, dificultades sociales, disminución en el rendimiento académico y baja autoestima. Aumenta el riesgo de consumo de alcohol y drogas en los adolescentes, por el menor control parental y la pérdida de motivación. Las rupturas cambian la mirada de los hijos en torno al amor y sus relaciones, percibiendo que estas son inestables y susceptibles de decepciones. ¡Quién no vivió el amor y la ternura en casa es muy difícil que pueda amar, ser tierno y menos podrá perdonar a su pareja!
Andrés Carrera, consejero matrimonial considera que el egoísmo es la principal causa de los divorcios. “Vivimos en una sociedad en donde la felicidad propia es lo único que importa, el placer es más importante que la responsabilidad, el gozo es más relevante que las promesas”. A su vez la psicóloga Rosa Sánchez cree que en la actualidad solo queremos complacer nuestro ego, instintos y que la vida sea tan agradable y fácil como sea posible, pero una buena relación de pareja implica compromiso, entrega, saber llegar a acuerdos, ceder e incluso una dosis de sacrificio.
Finalmente, la Dra. Diane Medved, en su libro The Case Against Divorce, habiendo experimentado un divorcio ella misma, argumenta que la mayoría de las parejas que recurren al divorcio lo hacen prematuramente y a menudo innecesariamente. “El proceso y secuelas del divorcio son generalmente desastrosas para el cuerpo, la mente y el espíritu qué en un número abrumador de casos, la “cura” es sin duda peor que el mal del mismo matrimonio”. (O)