Al migrante se lo define como alguien que ha residido en un país extranjero durante más de un año, independientemente de las causas de su traslado, voluntario o involuntario, o de los medios utilizados, legales u otros. Al margen de esta enunciación de la ONU, una significación común es de calificar a quienes se fueron del país de origen en busca de trabajo para sustentar a la familia que la abandonó.
Si los humanos modernos se desplazaron de África hace más de 60.000 años posiblemente por la dureza del clima, la indisponibilidad alimenticia y otros factores medio ambientales, en este país comenzó la migración a mediados del siglo pasado a países desarrollados como Venezuela, Canadá y los EEUU. Con la llegada del pernicioso populismo socialista en Venezuela, el éxodo en este país y de otros de Suramérica se incrementó la emigración.
La mayor crisis del Ecuador se dio a finales de la década de los noventa que dio origen a la salida masiva de conciudadanos al exterior en busca de una mejor calidad de vida para ellos y sus familias, teniendo como principales destinos a España, Estados Unidos e Italia. Con ello resolvieron algunas necesidades económicas, pero muchos de sus hogares se trastocaron en disfuncionales y con graves perjuicios en los hijos.
Varios pueblos del Azuay y Cañar han progresado gracias a las remesas de los migrantes, que inclusive llegaron en algún momento a ser la segunda fuente de ingreso del presupuesto general del Estado. Con este fenómeno se ahondó el multiculturalismo y la interculturalidad, dando las “culturas híbridas” del antropólogo N. García Canclini, que hizo se disminuya el papel de las culturas locales, regionales y nacionales en beneficio de las foráneas.
Desde Nueva York, en donde están asentados el mayor número de migrantes ecuatorianos, Diario El Mercurio, a través del perspicaz reportero Andrés Mazza, entregó una Edición Especial con fotos y textos de las actividades que cumplen nuestros compatriotas: gastronomía, deporte, medicina, religión, arquitectura, finanzas… El mismo día 14 que en la pág. 5, Fabián Baculima y Franklin Ortiz recordaron el pensamiento sobre ellos de monseñor Alberto Luna Tobar.
Ojalá se repitan estas ediciones periódicamente, como una para el 18 de diciembre Día del Migrante y así refrendar lo que nos dijo el rector de la UIDE, PhD. Gustavo Vega Delgado, en relación a la Sección C Especial de El Mercurio: “¡Qué bien hecha la sección en homenaje a nuestros migrantes! ¡Coleccionable!” (O)