Eran las fiestas del fin de año. Pedro Brito empezó a manipular luces de bengala. Una de ellas reventó en su mano derecha y tuvieron que amputarle. Tenía apenas 13 años. La familia y los amigos nunca le trataron de forma diferente por su discapacidad.
Esa manera de actuar le ayudó a desenvolverse por su propia cuenta. Si bien abandonó la lucha olímpica y la natación, aprendió a desarrollar otras actividades -como escribir- con su mano izquierda. Fue abanderado y presidente de la Unidad Educativa Particular Yanuncay.
Conforme avanzaban los años, había más responsabilidades. A fin de resolver diversas adversidades del día a día, empezó a elaborar prótesis. Las que había en el mercado no estaban al alcance de su bolsillo. La primera prótasis la hizo con madera y la presentó en redes sociales bajo el seudónimo ‘Paco El Morlaco’.
“Agarré un trozo de eucalipto que fui a comprar en uno de los aserríos que hay más arriba de Racar. Me tuve que encintar un mazo (en el brazo amputado) para poder dar forma a la madera con gubias y formones”.
Las cicatrices que le quedaron grabadas en el brazo, producto de los golpes, le llevaron a idear sus propias herramientas. Así adaptó un martillo a una prótesis.
Pedro Brito expone en un video la elaboración de su prótesis de madera.
Calidad de vida
Tal fue la aceptación y los comentarios positivos que recibió su iniciativa que buscó otro tipo de materias primas para elaborar más prótesis. Empleó grilon, aluminio, resina epóxica y la última en su lista fue la resina de poliuretano, un material mucho más moldeable.
Me encantaría tener máquinas y trabajar con metales para que tengan mayor resistencia. Por ahora todo es manual, a base de lija, sierra, serrucho.
Elaborar prótesis acorde a sus necesidades mejoró la calidad de vida de Pedro. Empezó a levantar hasta 100 kilos de peso, retomó sus entrenamientos de natación, practicó karate-do, jiu jitsu, ingresó al conservatorio José María Rodríguez y se puso una peluquería canina.
Inicia la aventura
El 20 de agosto Pedro empezó un nuevo proyecto en su vida, recorrer el país en bicicleta. No tiene un nombre específico, aunque tenía pensado llamarlo: TraViajando con Paco.
Su intención es mostrar cómo sobreviven los viajeros que recorren distintos lugares, mostrar gran parte de la cultura, turismo y gastronomía del país al tiempo de incentivar a hacer deporte y a romper límites.
Espero demostrar a las personas que puedan tener alguna discapacidad, que la única limitante está en la mente. Hay que tratar de aprovechar las facultades físicas, mentales y hasta económicas a nuestro favor.
Después de sufragar, tomó la bici que le facilitó Specialized, cargó una carpa, un colchón inflable, frutos secos, indumentaria Fox, un botiquín, herramientas para sortear cualquier emergencia, y partió desde el Control Sur hacia Arenillas, provincia El Oro.
Su primer recorrido comprende alrededor de 350 km, con algunos desvíos. Su intención es pedalear entre 40 a 60 km diarios. Confiesa que hace dos semanas recién empezó a buscar auspiciantes, a 14 empresarios les encantó su propuesta. Más adelante espera conseguir más auspiciantes para consolidar el proyecto.
Entrenamiento
Para llegar en buen estado físico, desde hace un mes y medio se dedicó a entrenar en la bicicleta de su hermano. Sólo descansaba un día a la semana. Primero se retó ascender los 3 km que hay desde el centro de la ciudad hasta el sector de El Cebollar, en la Mutualista Azuay 1, donde queda su casa.
“Al inicio no podía subir, pero como conseguí auspiciantes ya no podía echarme atrás. Empecé a prepararme físicamente. Hace dos semanas fui a Turi, ida y vuelta. Hace una semana fui a Azogues, ida y vuelta”.
