Más allá de lo cuestionable, es merecedor de cierta tolerancia las ideologías y conductas de personas que “bailan al son que les toquen”; distante y en extremo a ello, son respetables quienes siempre mantienen en semejanza su filantropía y su comportamiento respecto a cambios contundentes que coadyuven al beneficio común.
Los resultados de hace pocos días advierten del cómo será el desempeño de la Asamblea Nacional, con el precedente que meses atrás tuvieron una aceptación deplorable… Confiemos que el cambio se dará, pues lo único que es irrebatible es que como estado hemos retrocedido.
Ahora bien, eso de estar “bailando según el son” en estricta expresión alegórica, no es concebible para quienes aún anhelamos sociedades saludables que den paso a la cristalización de los proyectos de vida en ámbitos particulares y público políticos; volver a encontrarlos con discursos improvisados y posiciones sujetas a conveniencias,distó mucho de quienes son en realidad.
Quienes en firme espíritu de cuerpo esquivaron muchos obstáculos en su andar y hoy son los que nos representan con altruismo, llevan consigo toda la responsabilidad de regenerar lo que aún es posible; quienes no, la frágil memoria colectiva algún momento volverá a hacer lo suyo.(O)