El pronunciamiento en las urnas define los finalistas para la elección de presidente/a del Ecuador. Abriendo el espacio necesario para la concreción y comunicación de los planes de gobierno que serán valorados por la probabilidad de ejecución, evidenciando recursos y fuentes de financiamiento, como esbozando el equipo de trabajo para dicha misión. Que nos muestre, en síntesis. ¿Cómo solucionarán los problemas álgidos? de la inseguridad, desempleo y la reclamada atención de servicios básicos en salud, educación y vialidad. Ilusionando a la gente. Que, en la campaña pasada, sufrió violencia que empaña la expresión de libertad por el absurdo asesinato del candidato Fernando Villavicencio.
La Comunidad hace lo suyo: acude a las urnas, respalda la democracia. Ante intentos perversos de dañarla. Sin faltar algunos/as trasnochados, que, ante la confusión generada, no dudaron en manifestar en redes sociales su anhelo de un golpe de estado, que la comunidad no acepta y exige una investigación pronta y diáfana para esclarecer y detener a los autores intelectuales, materiales y cómplices de tan detestable asesinato. Si pretendemos evitar que los mismos se repitan como en Colombia y en México, por ejemplo, cuando la impunidad estuvo vigente, debiendo responder con diligencia la función judicial en su conjunto sino queremos perdernos en la sensación de abandono del estado en el cumplimiento de protección a la sociedad civil.
Es hora de retomar a la sensatez, poner adelante los intereses de patria a los particulares, de grupos organizados, de partidos políticos, para hacer un esfuerzo de consenso para responder a los votantes que no apoyan la agresión generalizada, la mediocridad y la ineficiencia del estado, ante las olas de criminalidad que afecta a la colectividad. Seguramente este aspecto mediará en el mensaje de los finalistas y el público en su imaginario antes de tomar la decisión, que definirá al/a próximo gobernante. (O)