César Chica y la mecatrónica

Gonzalo Clavijo Campos

El inquieto adolescente César Chica Segobia, al terminar la primaria en 1973 en la Escuela Hernán Cordero y aprestarse a ingresar al Colegio Técnico Salesiano y luego al Tecnológico Salesiano, soñó en tener un moderno taller de mecánica y electricidad, quizá el más grande de Cuenca. La buena formación recibida con verdaderos maestros como el Padre Guillermo Mensi, Gregorio Pérez y expertos en matricería: Rodolfo Weiscob y Domingo Bucafusca que transmitían sus vastos conocimientos en aula y taller, sumado su docencia por 15 años en esta entidad, aquel sueño, paso a paso, se fue haciendo realidad con trabajo constante y atento al vertiginoso crecimiento de la mecánica, la electricidad y la informativa en EEUU y Asia.

Su primera empresa denominada INMEPLAS Industria Metálica y Plástica cuyo inicio se remonta al año 1992, fue creada con equipos de última tecnología en matricería para la confección de moldes y elaboración de piezas plásticas de diversas calidades y materiales, usos múltiples en el área productiva. Se estima una producción de 3 millones de piezas en sus primeros 25 años, con clientes de renombre como: Indurama, Fibroacero, Graiman.

La mecatrónica es un área científica multidisciplinar, que incorpora a la electrónica, mecánica, robótica y sistemas de computación para obtener máquinas nuevas y más eficientes, siendo su segundo propósito empresarial con la creación de INMATRICON Industrias de Ingeniería y Matrices para la fabricación de partes y piezas de la metalmecánica e ingeniería en general. Se estima una producción actual de por lo menos 500 ítems.

Considera que su éxito profesional alcanzado se debe al trabajo con tecnología de vanguardia, al equipo profesional conformado y a los principios básicos aprendidos en el Colegio Salesiano: orden en el trabajo, cumplimiento, honestidad con sus clientes y el cuidado de la salud y seguridad laboral.

Durante estas tres primeras décadas, el aporte dado por las fábricas mencionadas a la matriz productiva de la región y el país, es muy reconocido. Quienes tienen oportunidad de recorrer sus instalaciones expresan su grata sorpresa al saber que Cuenca alberga empresas de inmenso desarrollo tecnológico y productivo con profesionales locales. (O)