La dulce y fría tradición de hacer helados en Cuenca

Mercy Zárate es una de las dos hermanas que extiende la tradición de Coco Rico, negocio con más de medio siglo de historia. /XCA
Mercy Zárate es una de las dos hermanas que extiende la tradición de Coco Rico, negocio con más de medio siglo de historia. /XCA

La fría tradición de hacer helados en Cuenca se cuenta desde tres locales con más de medio siglo de historia: ‘Coco Rico’, heladería ‘San Francisco’ y los Helados Rosados.

Convergen en el Centro Histórico y se convierten en una ruta gastronómica obligatoria para los amantes de las golosinas frías.

En la calle Hermano Miguel 7-68, las hermanas Mercy y Laura Zárate conservan la dulce y fría tradición de los helados ‘Coco Rico’.

Herencia de su madre, Blanca Isaura Barahona, es una delicia que se comparte desde hace medio siglo. Hoy están en la Hermano Miguel, calle que siempre ha sido su trinchera fría.

Entrar al negocio ‘Coco Rico’ es retroceder unos cuántos años, incluso está ambientada con una antigua nevera y los típicos vasos de metal.

En ellos se enfrían los helados de coco, chocolate, naranjilla y limón, los primeros que se elaboraron en este local. A estos se han sumado, al menos, siete nuevos sabores más.

Lo que comenzó hace 50 años con una pequeña nevera, hoy pelea por mantenerse vigente en medio del avasallador monopolio de esta golosina fría.

Mercy Zárate no tiene le teme a los emporios del helado porque tiene fe. Sabe que para todos hay clientes.

Añora los días de la infancia y juventud cuando decenas de carros se agolpaban en las afueras del negocio para adquirir los helados.

“Hoy llegan más familias, abuelos, padres y cuentan a sus nietos e hijos que aquí mismo compraban estos mismos helados, y el sabor es igual”, comentó Zárate.

«Mantenemos el sabor, esa es nuestra firma».

Con su hermana Laura se turnan para hacer los helados. Cada 5 o 6 días tienen la capacidad de elaborar unas 1.500 golosinas.

Rosados

Ha ocho cuadras de este local, en la cale Mariscal La Mar y Manuel Vega, se venden los ricos Helados Rosados.

A solo 50 centavos el consumidor saborea una de los secretos mejor guardados de la fría gastronomía cuencana.

Solo Laura Maldonado es quien conoce la receta secreta y será ella quien decida el momento exacto para entregar ese conocimiento.

Patricia Feicán y Rosario Ortiz son las más próximas a mantener esta tradición, pues son quienes están más cerca de Maldonado, de 83 años de edad. Ella elabora diariamente unos 150 helados.

Aunque parece evidente su cansancio, su amor por el oficio heladero le puede más. “Mamá ama hacer halados, ha sido su vida y aún nos acompaña a venderlos”, comenta Patricia Feicán.

A través de un cristal, las tres esperan la llegada de los golosos clientes que buscan refrescarse con un sabor que nadie atina a saber qué es.

Algunos dicen que son hechos a base de tapioca, otros de sandia. “Lo que podemos garantizarles es que son naturales, sin preservantes. Leche pura”, comentó Feicán.

Tampoco hay acuerdo en el nombre del local. Hay clientes que los llaman los helados del freno, de las Farfánes, helados de rosa y muchos otros nombres. Lo que no cambia, aseguran, es el sabor. Ellas prefieren ser recordadas como ‘los helados rosados de la La Mar’.

San Francisco

Como un frío latido, la heladería San Francisco se ha ganado un espacio en el corazón de Cuenca. No solo los comerciantes otavaleños son lo más popular en los portales de la plaza de San Francisco.

Esta heladería también se disputa el calificativo de tradicional, porque está presente desde 1960. Este negocio es uno de los primeros que introdujo las máquinas para elaborar las golosinas. No obstante, el sabor es lo que no ha variado.

Susana, Roci, Moni y Silvia Armijos son las cuatro hermanas que conservan el oficio heladero de sus padre en la heladería San Francisco. Es posible que sus progenitores estén entre los primeros que introdujeron las máquinas para hacer helados.

El sabor más tradicional es el de vainilla – chocolate, al que han sumado otras delicias como el merengón, un helado que fusiona el dulce del helado con crema, nueces y lo el dulce sabor del suspiro. Todo hecho en casa, asegura Susana Armijos, una de las actuales administradoras.

Ubicadas en plena esquina de la plaza, sobre la calle General Torres, venden las golosinas frías entre los 1,50 y 3,75 dólares. (FCS)-(I)

DATOS

  • Todos estos negocios comenzaron a vender helados con los palillos de eucalipto, aquellos que tenía astillas. Las lijaban para trata de hacerlos lisos.
  • Años atrás las escuelas y colegios de Cuenca estaban emplazadas en el Centro Histórico. Por esta razón los negocios tradicionales de helados están en estos punto.
  • Tanto en Coco Rico como en los Helados Rosados conservan la tradición de elaborar los helados en vasos de metal, “por eso quizá su sabor único”, comentan las propietarias.