Una ordenanza para disminuir el ruido en Cuenca

La Comisión de Gestión Ambiental ultima los detalles de un texto que ayudará a ponerle límites al ruido que se genera en la ciudad.

1: Los parlantes en el Centro Histórico han sido parte de aquellos que generan ruido. XCA 2: El pitido de los vehículos es otro problema en toda la ciudad. El ruido que provocan los choferes es una molestia para los transeúntes. XCA
1: Los parlantes en el Centro Histórico han sido parte de aquellos que generan ruido. XCA 2: El pitido de los vehículos es otro problema en toda la ciudad. El ruido que provocan los choferes es una molestia para los transeúntes. XCA

Una vez que amanece, Cuenca se transforma. El silencio se rompe por los pitidos de los carros, por la música de los parlantes y por publicidad que está atada a: el que alce más el volumen, es el mejor, cuando debería suceder todo lo contrario. 

Para ello, un ejercicio: basta con detenerse en una esquina del Centro Histórico o de una zona comercial o de una avenida para escuchar a los choferes desesperados que tienen pegada la mano al pito, o para escuchar la música que hace saltar a más de uno. 

El ruido en la ciudad sigue siendo un problema para todo aquel que sea un transeúnte o una persona que está tratando de tener un poco de silencio en la ajetreada vida que se lleva día a día. 

En la última investigación que hizo la Universidad del Azuay, a través del Instituto de Estudios de Régimen Seccional del Ecuador (IERSE), y que se publicó en abril de este año, se muestra cómo incrementó, en un 79,5%, el ruido en 39 de los 50 puntos de monitoreo sonoro que tiene Cuenca. 

Los datos, que se recogen desde el 2009, han obligado a que la Comisión de Gestión Ambiental (CGA) proponga una nueva ordenanza para controlar el ruido en la ciudad. 

Cuenca, desde el 2017, ya cuenta con una ordenanza de control de contaminación ambiental, sin embargo, de poco ha servido porque esta debía estar supeditada por un reglamento que nunca se aprobó. 

Pero, con las denuncias y con los datos del ruido, la CGA promovió un nuevo mandato que sea mucho más claro para sancionar a todas aquellas personas que no cumplan con los decibeles permitidos en Cuenca. 

La ordenanza, que deberá sustituir a la del 2017, ya fue aprobada en primer debate. Ahora, para continuar con su aprobación total, se está socializando y recogiendo puntos de vistas por los principales actores que generan ruido: bares, discotecas, karaokes, gimnasios y negocios de todo tipo.  

Para Carlos Orellana, director de la CGA, sí se puede vivir en convivencia entre ese tipo de comercios y las zonas residenciales, siempre y cuando se cumpla con lo estipulado en la ordenanza. 

Cuáles son los cambios

Entre las principales variaciones que se establecieron en la nueva ordenanza están: obligar a insonorizar a bares y discotecas, eliminar la canción que usan los distribuidores de gas y establecer horarios para las bailoterapias, gimnasios, canchas de uso múltiple, entre otros. 

“En el pasado se les concedía permisos a los negocios y luego se les obligaba a que se insonoricen. Ahora es al revés. Primero tiene que cumplir con esa meta de la ordenanza. Se hacen todos los estudios técnicos y luego se les otorga el permiso”, explicó Carlos Orellana a diario El Mercurio. 

En cuanto a la canción del gas, aunque no hay un conceso con los distribuidores, esta tendrá que ser eliminada. Para su reemplazo se piensa en una aplicación con la que la población puede solicitar el cambio de cilindros. 

Por otro lado, los gimnasios, las actividades de bailoterapia, así como la bulla que se genera en las canchas deportivas también deberán ser regulados, debido a que, según Sebastián Ramírez, técnico ambiental de la CGA, las denuncias del ruido que emiten esos espacios son las denuncias más recurrentes que se reciben. 

Su aprobación

El director de la Comisión de Gestión Ambiental, Carlos Orellana, sabe que no será una tarea fácil la aprobación de la nueva ordenanza porque hay algunos actores que están en contra. 

No obstante, su aplicación, según Orellana, debe estar por encima de los intereses privados porque el ruido es una molestia que cada día se vuelve más perceptible en Cuenca. 

“Estamos terminando de socializar la ordenanza. Nosotros estamos aquí para tomar decisiones. No podemos, por el miedo a tomar decisiones, dejar que las cosas continúen como están. Nosotros tenemos un horizonte claro de lo que tenemos que hacer. Este año vamos a terminar con ordenanza de control de ruido. Eso tengan la seguridad”, enfatizó Orellana. (AWM)-(I)

APOYOS

Hasta 60 decibeles se permiten en las zonas comerciales de Cuenca, sin embargo, con las mediciones se ha identificado que los niveles superan lo permitido. Desde el 2009, la Universidad del Azuay y la Comisión de Gestión Ambiental miden el ruido en Cuenca a través de cincuenta puntos distribuidos.