Año a año, en la víspera y en los primeros días de clases, las familias deben enfrentarse a una situación que limita económicamente: las listas de útiles. La cantidad de objetos que se solicitan terminan por configurar un valor que no todos tienen cómo cancelar.
Desde los elementos básicos hasta aquellas cosas que a veces no se encuentran en todas las papelerías son parte de los útiles, cuyo valor puede superar los treinta dólares. Eso, multiplicado por el número de integrantes que todavía son estudiantes de primaria y secundaria, complican a las familias.
“Todos los años toca hacer un esfuerzo porque las listas de útiles sí cuestan. Yo tengo dos niños y hay que buscar para ambos. A veces, si sobra del año anterior, se tiene que utilizar porque no es fácil comprar”, opinó Maritza Carrión, quien ayer llegó hasta el Centro Histórico para hacer una última compra para completar las listas de útiles de sus hijos.
Maritza no es la única que hace un esfuerzo para que sus niños tengan todas las herramientas para trabajar en el nuevo año lectivo. Ayer, por ejemplo, docenas de hombres y mujeres hicieron fila o tuvieron que esperar para ser atendidos en las papelerías del centro de Cuenca.
Con hoja en mano, los padres acudieron para, en algunos casos, preguntar o ya comprar directamente porque, aunque las listas tienen su costo, son parte de los requerimientos de las instituciones educativas.
Aun así, en medio de ello, los representantes se preguntan para qué sirven los objetos que se solicitan.
“Piden una cosa, piden otra, y no se sabe cuándo utilizarán porque sabemos entregar las listas completas cuando empieza el año. Son fundas que se entregan. Lo que esperamos es que se usen”, dijo Lizbeth Muñoz mientras esperaba ser atendida en una de las papelerías de la ciudad.
Solicitar lo básico
Para Juana Castro, profesora de primaria, cada institución tiene su motivo para solicitar las herramientas que se usarán a lo largo del año lectivo.
No obstante, con la experiencia vivida año tras año en cuanto los útiles escolares se refieren, la profesora ha optado por buscar un equilibro entre lo que necesitan los niños en las aulas y entre la parte económica.
“Sabemos que hay una limitación económica, entonces tenemos que buscar lo básico. Un lápiz, un borrador, las pinturas y un folleto de lectura. Hay cosas extras que se usan para hacer carteleras o presentaciones, que también se solicita, pero tratamos de pedir lo mínimo”, explicó Juana Castro.
Para evitar malos entendidos, la profesora ha optado por especificar para qué se va a utilizar el material que se pide en las listas escolares.
En otros casos, las instituciones educativas han tratado de basarse en las listas escolares que el Ministerio de Educación publica cada año, que están conformadas por elementos básicos.
Un ejemplo de ello se ve en la Escuela 12 de Abril, en donde los útiles, además de ser los que pide el Ministerio de Educación, tienen que ser aprobados por el rectorado.
“Una recomendación que se hace es que los padres se junten con los maestros y vean para qué se están usando los útiles. Deben conocer y trabajar de la mano. Realmente se pide lo mínimo porque no todos están en las condiciones de comprar”, opinó Pedro Calle, rector de la Escuela 12 de Abril.
Listas para iniciales
Otras de las denuncias constantes están relacionadas con las listas de los niveles iniciales y de los primeros años escolares. Para las familias, el número de objetos que se solicitan es alto para la edad de los estudiantes.
No obstante, esto, para María Elisa Orellana, tiene una relación con la enseñanza que tiene como base lo didáctico. Y para elaborar ese material se necesitan las herramientas.
“Lamentablemente en los iniciales va a ser más extensas las listas de útiles porque los estudiantes siempre están participando en ferias, en proyectos e inclusive se trabaja de una forma más dinámica y mucho más lúdica con ellos”, dijo Orellana a diario El Mercurio.
Aun así, la maestra agregó que los docentes y las instituciones tienen que ser conscientes con lo que piden, y, sobre todo, cuidar ese material para que pueda utilizarse en el siguiente año lectivo.
Denuncias
Las familias tienen dos opciones en caso de que hayan identificado una alza considerable de los valores de los útiles o número alto de objetos.
La primera opción es la Intendencia del Azuay. A través de esta dependencia se puede denunciar los costos de las listas o textos escolares. Para ello deben comunicarse mediante el número de celular: 0999901664.
La segunda opción es la coordinación de la zona 6 del Ministerio de Educación. Su número es: 407-5868, o, a través del correo electrónico: denuncias.cz6@educacion.gob.ec. (I)