El extraño del Consejo de la Judicatura se destapó dejando a Pitágoras por el suelo. Para Wilman, el único, dos es mayor que tres convirtiendo a la Justicia del Ecuador en la peor de las desgracias,
Para destituir al juez Walter Macias, se necesitó una reunión telemática en la cual un miembro votó desde Miami, haciendo gala de el jet set del zoom, en donde conjugan el apuro y las dobles intenciones de las decisiones administrativas de la justicia, en una burla para el pueblo ecuatoriana.
Wilman Terán el nuevo matemático, ha desarrollado una teoría del caso inédita, totalmente imberbe, un hombre sesgado con decisiones inauditas, quien ya no tiene apoyo de nadie, inclusive del propio pleno de la Corte Nacional de Justicia que, en una de las peores decisiones, puso a este aprendiz de payaso al mando del control de jueces.
Wilman, el intrépido matemático es capaz de convocar a los miembros del Consejo de la Judicatura un sábado a las 8 de la mañana víspera de las elecciones para sancionar a un juez que no es del agrado, sin que los miembros del ente, supuestamente regulador, tengan tiempo de leer el expediente. Así se han quedado sentencias de jueces parroquianos corruptos; pero él que dijo “me verán más grande que Brahma” hablando del dios hindú es un omnipotente de pacotilla que en este país le soportan todos, inclusive esta sociedad ingrata y amorfa que no hace nada.
Ya deberíamos los ecuatorianos llegar a la puerta del Consejo de la Judicatura para que la presión popular saque a este fantoche. Los periodistas en las entrevistas solo comentan, se hacen un “mea culpa” diciendo que no pueden llegar más allá porque tienen miedo. Los que opinamos, con honrosas excepciones, quienes no hablamos de teoría sino de realidades estamos amenazados por quienes con anónimos quieren intimidarnos.
¿Qué pretende Terán? ¿Quiénes son sus padrinos? Es inaudito pensar que este bendecido de la impudicia no tenga su propio plan.
Tantas decisiones judiciales inauditas que se quedan en el frasco del olvido, cuántos jueces con sumarios, que luego son perdonados invocados por el respeto a sus derechos. Pero el daño está hecho. Y liberados como Glas se pasean campantes por donde les da la gana.
Y la sociedad que recae a diario por la falta de justicia eficaz, juicios de larga data, audiencias que se suspenden sin ninguna razón, sentencias aniquiladas por la “carga procesal”. Hay deudas inmensas que la justicia debe analizar. Estamos jodidos diría el hombre común.
La presión popular debe renacer; plantones para sacar a este corrupto y mandarle al juicio de la historia. Si no empezamos a salvar al país ahora, luego de poco tiempo llegaremos al abismo del cual nadie nos sacará. (O)