Se intervino la elipse y barranco. Los trabajos se ejecutaron durante 11 meses.

En el Complejo Arqueológico Ingapirca, del cantón Cañar, terminaron las obras de conservación. Los trabajos se ejecutaron con los recursos del programa “Fondo del Embajador para la Preservación del Patrimonio Cultural”, de la Embajada de los Estados Unidos (EE.UU.).

El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), a través de un proyecto, accedió en septiembre de 2020 a cerca de 198 mil dólares para ejecutar obras, principalmente en la elipse y el barranco del Complejo. Sin embargo, tuvieron que transcurrir alrededor de dos años para que inicie la intervención.

La demora fue porque se tenían que cumplir previamente ciertos procesos administrativos, de análisis, así como estudios y la conformación de un equipo multidisciplinario.

Los trabajos comenzaron en septiembre de 2022 y se dividieron en cuatro etapas. Profesionales en arquitectura, hidrología, entre otras disciplinas con el apoyo de los habitantes de la comunidad se encargaron de su ejecución.

Santiago Molina, director del Centro de Investigación e Interpretación del Complejo Arqueológico Ingapirca, detalló que la primera etapa trató sobre la corrección de declives e impermeabilización de la elipse, reemplazo de material de lomillos y morteros en la elipse y cuerpo de guardia, e implementación del sistema de conducción de aguas lluvias. Las labores duraron alrededor de cinco meses por la complejidad para desarrollar las diferentes acciones.

La segunda fase se enfocó netamente en la conservación de la elipse y el barranco con el tratamiento en la microflora, arcilla y la exfoliación laminar manual fina en sillares. Los trabajos se efectuaron en aproximadamente dos meses.

Mientras la tercera abarcó la forestación y reforestación del área del Barranco con plantas nativas de la zona, además de la construcción de unos drenes superficiales para controlar la sobresaturación de agua en periodos climáticos fuertes que ha sido uno de los principales problemas para el mantenimiento del Complejo. La intervención se cumplió en un mes y medio.

Y, en la cuarta y última etapa, se reemplazó material de lomillos y morteros en el sector Acllahuasi del Complejo. Asimismo, las labores duraron más de un mes para concluir a mediados de agosto.

Molina aseguró que son necesarias ejecutar labores de conservación de forma técnica porque retrasan los procesos de envejecimiento natural de los elementos del Complejo. “Así el sitio se conserva y se mantiene su valor arqueológico”, aseveró.

El INPC no tiene previsto en lo que resta del año intervenciones en áreas puntuales del Complejo. Empero se maneja un plan de mantenimiento permanente. -(I)

Mano de obra de la comunidad

En las obras de conservación del Complejo Arqueológico Ingapirca participaron alrededor de 25 habitantes de la parroquia Ingapirca, del cantón Cañar. La población apoyó a los equipos de profesionales en cada una de las labores establecidas.

Los colaboradores, de edades comprendidas entre los 22 a 60 años, aprovecharon está oportunidad para ganar experiencia en trabajos de esta índole.

Romario Álvarez, oriundo de la sector El Castillo de dicha parroquia, trabajó en las cuatro etapas.

Álvarez aseguró que el Complejo se ve mejor porque antes de las intervenciones eran notorios las imperfecciones en algunas áreas. (I)