Laudato Si

Nancy Negrete Martínez

El 4 de octubre se publicará una nueva exhortación apostólica, la segunda parte de la ‘Laudato Si’. La carta encíclica de 184 páginas, cuyo subtítulo es “El cuidado de nuestra casa común”, fue publicada en el año 2015.

Este manifiesto ecologista se dedica a la salvaguardia del medio ambiente, como un «compromiso de salvaguardar la creación como don sagrado del Creador», ante problemáticas mundiales claramente identificadas como: la contaminación, el cambio climático, la escasez de agua, la pérdida de biodiversidad y la desigualdad a nivel global.

Tristemente, la herencia común de todos los pueblos ha caído en una crisis ecológica, debido a las tendencias políticas, sociales, culturales e ideologías, en su intento de tener el dominio absoluto del hombre sobre otras especies; a decir del Papa Francisco, basado en el uso irreflexivo de la tecnología, el impulso de manipular y controlar la naturaleza, la visión de los seres humanos como algo separado del medioambiente, las teorías económicas de enfoque estrecho y el relativismo moral.

La solución que plantea es una ecología integral, que considere las interacciones de los sistemas naturales entre sí y con los sistemas sociales; a esto se suman consideraciones como las dimensiones éticas y espirituales de cómo los seres humanos deben relacionarse entre sí y con el mundo natural, basándose en la cultura, la familia, la comunidad, la virtud, la educación, la religión, el respeto por el bien común, y una vida menos consumista fomentada en valores intemporales y duraderos.

Es decir, urgen acciones y acuerdos nacionales e internacionales para proteger el medio ambiente; así como nuevas políticas de ecología integral a nivel local y nacional.

Entonces, ‘Laudato Si’ se convierte en una profunda reflexión que necesita ser puesta en práctica, en los pocos intentos que nos queda por salvar a un planeta que está herido de muerte. (O)