Se me ocurre que el problema es de concepto. Y es que no encuentro otra explicación. Allí, cuando uno piensa que ya no pueden hacerlo peor, que este gobierno ya ha tocado fondo, entonces lo hacen de nuevo. Más absurdos, más ofensas a la dignidad del pueblo. El aberrante centralismo, una vez más, hundiendo los colmillos en la yugular de los territorios con la irracional propuesta del fideicomiso para perpetrar un atraco a la Empresa Eléctrica Regional Centro Sur (EERCS) y llevarse sus fondos al abismo sin fondo de las finanzas en el gobierno central. El nuevo decreto presidencial mediante el cual se atenta descaradamente a la seguridad social, desconociendo los intereses acumulados por la deuda con las pensiones de nuestros jubilados, mientras, enredado en el ambiguo lenguaje de los tecnócratas, se reduce el presupuesto para salud y educación.
Sumemos aquí el desmantelamiento de las fuerzas del orden en el sur, el desastre de la conectividad vial, la descarada agenda minera, el macabro regalo de la cárcel de Turi, incontables, innumerables son los absurdos de este gobierno mientras todos contamos las horas para que termine de una buena vez. Y entonces pienso que sí, el problema es de concepto. Porque hemos llevado a la política a tal nivel de deterioro y al centralismo a límites tan insolentes, que la inversión en los territorios se ha empezado a comprender como un favor, como una especie de acto de caridad.
Pero habrá que tener cuidado, porque la caridad produce una separación entre el poderoso y el necesitado, y si bien produce en efecto catártico y paga el impuesto a la mala conciencia, crea un problema entre el caritativo el miserable, abre un paréntesis de odio y revancha entre el poderoso y aquel que se piensa inferior. Y tal vez, allí en donde la miseria ha mostrado sus garras, vale la pena esta forma de hacer mal el bien, pero no se aplica a los territorios. ¿Por qué? Sencillo, porqué aquí no estamos pidiendo favores, sino exigiendo derechos. Así que cuidado, que con la dignidad no se juega y con nosotros, no vayan a equivocarse… (O)