Los Ángeles.- El cantante colombiano Camilo «regresa a casa» a componer con nuevas reflexiones sobre su matrimonio y su paternidad, tras haber pasado más de dos años de gira: “Estoy en ese proceso de redescubrir quién soy hoy”.
«(Quiero saber) quién soy ahora y cómo se traduce en ideas y en canciones», ahonda el autor de temas como «Vida de rico» o «El mismo aire».
Después de que Camilo se hiciera uno con el sonido de su último álbum de estudio «De adentro pa’ fuera», el cantautor se quedó con un sentimiento de «vacío» creativo que pensó que nunca más podría volver a llenar.
«Yo cuando hago un álbum digo, a mí no me quedó nada más por compartir, esto es el final de mi creatividad porque no me quedó pendiente nada», menciona.
La analogía más precisa que encuentra para explicarlo es la del embarazo y el proceso de desapego que su esposa, Evaluna Montaner, tuvo que afrontar después de darle vida a su hija en común, Índigo.
«Evaluna me contaba lo intenso y lo raro que era no tener a Índigo adentro (…) Lo digo para hacer un paralelo con lo que siento con mi creatividad, que cuando yo logro entregar y armar todo en esa ‘criatura’ (un disco), me genera un hueco el pensar ¿y ahora?», comenta.
Desde aquel septiembre de 2022 que «nació» su último álbum hasta la actualidad, Camilo siguió cosechando éxitos como una nueva nominación al Grammy 2023 y continuó con una gira mundial que lo llenó de experiencias y aprendizajes culturales.
UN ACERCAMIENTO CON ASIA
También logró «oxigenar» su inventiva con colaboraciones como «Ni me debes, ni te debo» en estilo regional mexicano junto a Carin León, y más recientemente con «Palpita», un tema donde exploró el pop punyabí de la mano del cantante indio Diljit Dosanjh.
«Es una de las canciones que más me he divertido haciendo por el reto creativo que significaba», dice el cantante de 29 años quien había quedado maravillado con los instrumentos del país asiático cinco años atrás cuando lo visitó por primera vez.
A Camilo le enorgullece que sus seguidores puedan escuchar versatilidad en su música y le emociona la unión que lograron concretar dos artistas como ellos de «universos tan lejanos».
«Amo todas las colaboraciones que tengo pero esta era bastante diferente, creo que es la colaboración más fuera del círculo de la comodidad que he hecho hasta ahora», reflexiona.
Esta experimentación lo dejó con ganas de seguir probando nuevos horizontes sonoros, al igual que toda la inspiración que le trajo su reciente viaje a Japón, donde se presentó en el festival Summer Sonic, que describe como «el Coachella de Japón» y en el que tuvo la oportunidad de colaborar con varios artistas japoneses en vivo.
«Después de haber conocido a Diljit y de haber hecho una canción como la que hicimos es imposible para mí volver a agarrar una guitarra sin estar mojado de eso. Cuando estas abierto como una esponja las cosas llegan y te impactan y te transforman para siempre», declara.
Otros aspectos que mantienen su inspiración fresca, son las historias que sus seguidores le comparten cada que se lo encuentran en la calle o por redes sociales.
«Yo exploro mi creatividad con naturalidad y libertad pero sus historias son las que llenan de colores y de propósito esas canciones. Estoy escribiendo de nuevo involucrando todos esos sentires que he coleccionado de tanto viajar», adelanta sin tener una fecha cercana para el lanzamiento de un nuevo disco.
Camilo también confiesa que es consciente de que su vida es muy feliz al lado de su esposa y su hija, pero que eso no le quita la capacidad de empatizar con «las sombras» de la existencia que también habitan en sus canciones.
«Basta con haber tenido el corazón roto una vez en la vida para uno relacionarse para siempre con eso. Hay algo en el corazón de uno que para siempre va a quedar empático con el dolor y mi vida tiene tantos colores que procuro que las sombras habiten en las canciones para poder no llevarlas a la vida real», finaliza. EFE