Las autoridades de Shenzhen, en el sureste de China, desmantelaron recientemente una red ilegal de gestación subrogada que operaba en una zona residencial, donde se realizaban actividades como la extracción de óvulos y la implantación de embriones, informó hoy el diario local Global Times.
Los agentes descubrieron una sala en el segundo piso de un edificio residencial de cinco plantas que parecía ser un área de empaquetado y limpieza, con batas quirúrgicas colgadas y paquetes quirúrgicos en la mesa que contenían instrumentos como dilatadores vaginales, bandejas quirúrgicas y fórceps.
El tercer piso contenía un laboratorio y un quirófano, con dos salas conectadas por una ventana para la extracción de óvulos y la transferencia de embriones, según las autoridades.
Dentro del laboratorio, se hallaron dos incubadoras operativas, con cuatro o cinco platos de cultivo marcados con diferentes nombres.
Agentes de supervisión sanitaria y expertos en tecnología reproductiva asistida citados por el rotativo aseguraron que los medicamentos, instrumentos y equipos encontrados en el lugar se utilizaban para la extracción de óvulos, la implantación de embriones y otras actividades de gestación subrogada, práctica ilegal en el país asiático.
Un hombre apellidado Liu, identificado como el gerente de las instalaciones, recibió «una sanción administrativa», según el diario.
En China, están prohibidos los vientres de alquiler, así como el acceso de mujeres solteras a tecnologías de reproducción asistida como la congelación de óvulos.
China experimentó en 2022 un descenso oficial de 850.000 habitantes y cerró el año con 1.411,75 millones, en contraste con los 1.412,6 millones registrados a finales de 2021.
En el XX Congreso del Partido Comunista Chino, celebrado en 2022, el partido gobernante enfatizó que el país necesita un sistema que «aumente las tasas de natalidad y reduzca los costos del embarazo, el parto, la escolarización y la crianza». (I)
