¿Envejece la población del Ecuador? La respuesta es afirmativa según los primeros datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Aquel es un fenómeno social presente en la mayoría de países, en algunos casos con consecuencias dramáticas desde el punto de vista humano.
Cada año decrece la tasa de natalidad. Lo reflejan los primeros datos del Censo de Población y Vivienda 2022, próximos a difundirse.
De acuerdo al INEC, en 2022 hubo un promedio de 1,86 nacidos vivos por cada mujer. Este indicador va en descenso desde 1970. Las proyecciones tampoco son positivas. En 2030 será del 2,12; 1,98 en 2040; 1,92 en 2050. El país requiere una tasa de reemplazo superior al 2,1.
Hay menos matrimonios. Por consiguiente, cae el número de nacidos vivos, si bien lo del casamiento puede ser relativo. Además, aumenta el uso de métodos anticonceptivos. Cada vez más las mujeres no tienen interés en ser madres. Otra razón anotada por el Instituto es la migración, ya con señales de éxodo.
Hoy en día la mujer opta por formarse académicamente, y esto tiene sus tiempos; igual por una mayor integración al mercado laboral.
Las parejas, sin importar el estado civil, asumen la responsabilidad de tener o no hijos de inmediato, de procrear uno a lo mucho, o hasta de no engendrarlos. En esto mucho influye la reflexión de cuánto cuesta, incluso en términos de tiempo, tener un hijo. Es la libertad individual a elegir.
Entre 2010 y 2022 el INEC proyectaba nacimientos de 4,3 millones de niños. Esta cifra sólo llegó a 3,7 millones, y en tales condiciones la población no crece.
Para tener una población joven se necesita una tasa de reemplazo de 2,1 o más. Apenas está en 1,86.
Analizar cómo enfrentar esa realidad social debe llevar a impulsar políticas de Estado. Sus incidencias se reflejarán en el mercado laboral, cuando no en la afectividad, y ya se ven adultos mayores abandonados en sus propias casas. (O)