A ustedes, familiares amigos y amigos familiares, van dirigidos estos renglones; cuando los escribo no dejo de pensar en quienes están más cerca de mi vida: mi familia y mis amigos, un conjunto humano que es parte de mi historia, de aquella que subyace a mis días y de esa otra que juntos la estamos tejiendo.
Kendry Páez Andrade tiene frente a sí un panorama fascinante, un mundo que él posiblemente aún no lo capte en toda su dimensión porque es dueño de una vida insólita para su edad. Su niñez transcurrió con una ilusión: ser futbolista, no cualesquiera, apuntaba a los grandes, Messi entre ellos. Sus padres desde sus limitaciones económicas buscaron complacer a su hijo para que cultive sus sueños. Y fue creciendo y de escuela en escuela encontró ayuda para desarrollar esa pasión. Hoy, con sus dieciséis años de vida, vale alrededor de veinte millones de dólares y cuando llegue a sus dieciocho años el Chelsea lo recibirá en su sede. Insistencia, persistencia, sueño, presente, futuro, ilusiones, realidades: ustedes lo dirán. Kendry no es un personaje de mitología o parte de un cuento fascinante: es un adolescente ecuatoriano que cristaliza un deseo, son unos padres que se alegran por su hijo, es Independiente del Valle que creyó en él, es un episodio de vida nacional que bien vale algunas reflexiones. Dejo para ustedes en la prensa deportiva abundante información sobre Kendry que hoy es noticia agradable y que esperemos lo sea por muchos años más.
En menos de un mes habremos elegido a quien presidirá nuestro destino durante el tiempo que resta para completar un periodo interrumpido por la muerte cruzada. Atemos cabos, pesquemos en este mar convulso que tenemos al frente, ustedes y yo.
A. Kendry y la niñez y juventud ecuatorianas tienen valores capaces de transformar nuestra sociedad.
b. El deporte juega un papel fundamental en la formación de nuestra niñez y juventud.
c. Las mafias al servicio de la droga son una plaga letal que debe ser erradicada del país. Nuestra niñez y juventud merecen vivir su vida y conquistar sus sueños, en paz.
d. El Ministerio de Educación debe propiciar escuelas de amor a la familia, a la patria, al cultivo de valores humanos que motiven el respeto a la vida en sus diversas etapas y manifestaciones.
Kendry Páez y sus valores: una meta, un camino. (O)