Hasta el mes pasado, cruzarse de orilla a orilla de los ríos Tomebamba y Tarqui era complejo por sus caudales. Hoy la realidad es otra. Este martes 26 de septiembre de 2023 se cumplen 29 días sin lluvias en Cuenca, lo que ha provocado una disminución considerable del nivel del agua en los ríos de la ciudad.
Las principales repercusiones se han desencadenado en el Tomebamba, en donde las piedras sobresalen por encima de la poca agua que fluye por la cuenca.
De acuerdo a la Red Hidrometeorológica de Etapa, el caudal normal suele ser de cinco metros cúbicos por segundo, mientras que ayer, hasta las 08:00, el caudal llegó a 0,89 metros cúbicos por segundo.
La disminución del líquido activó a Etapa para solicitar a la población de la ciudad que cuide el agua potable y reduzca su uso únicamente para su consumo e higiene.
Sin embargo, a pesar de la alerta, el fin de semana en algunos sectores de Cuenca se observó a ciudadanos lavando su vehículo o mojando las vías de tierra.
Sin lluvia, Cuenca se acerca a igualar un récord histórico que se registró en 1981: 33 días sin precipitaciones considerables.
Racionamientos
Aunque la situación es compleja en el río Tomebamba, cuya agua es captada por la planta de El Cebollar para su potabilización, Etapa aún no piensa en hacer racionamientos del líquido en Cuenca.
Eso se debe, según explicó Galo Durazno, gerente de Agua Potable y Saneamiento de Etapa, a que las reservas no han disminuido para abastecer a los ciudadanos. No obstante, aquello no significa que pudiera suceder lo contrario. Todo dependerá de cómo los ciudadanos usen el agua en medio del estiaje que se vive.
Durazno agregó que si las personas limitan el uso del agua la incidencia puede ser considerable.
“La planta del Cebollar abastece alrededor de 200.000 habitantes. Si en cada ducha diaria bajamos diez litros por segundo, estamos hablando de dos millones de litros, que es ya el tamaño de una de las reservas que nosotros tenemos”, ejemplificó Durazno.
Agricultura y Ganadería
Por su parte, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) también ha estado dando seguimiento a la sequía que no solo se vive en Cuenca, sino en toda la provincia. Por ahora, entre las principales consecuencias está el desarrollo del pasto, que ahora mismo se muestra seco y amarillento.
“Principalmente el animal está alimentándose para la subsistencia y no para el tema de producción, lo que consecuentemente bajaría la producción. En la agricultura se va generando bajos rendimientos y algunos problemas en las cosechas”, explicó a El Mercurio Xavier Espinosa, director distrital del Azuay.
Ante esta realidad ya se han tomado algunas previsiones como la elaboración de heno y su almacenaje en siros para repartirlo en estos momentos de estiaje. A ello se ha sumado una solicitud a los productores: que cuenten con un espacio para cultivar pasto y lo guarden para las épocas de emergencia.
Sin certezas
Por ahora no se tiene certeza de cuando vuelvan las precipitaciones considerables a Cuenca. Todo depende de distintos factores que apuntan, según Etapa, a que recién en mediados de octubre las lluvias han presencian en la ciudad.
Aun así los pronósticos son inciertos, por lo que la población cuencana deberá cuidar un líquido que, de no cuidarse, podría ser limitado en los próximos días. (I)