En días anteriores, en su sede de la ciudad de París – Francia, tuvo lugar una nueva reunión del Comité Internacional de Bioética de la Unesco. Se aprobaron dos grandes declaraciones que han sido trabajadas a partir del año dos mil veinte y dos. La primera aborda el tema de los aprendizajes de la pandemia COVID-19 y formula orientaciones para el futuro. La segunda analiza los principios de solidaridad y cooperación en su relación con los desafíos de la salud mundial. Estos documentos serán conocidos por la Conferencia General de la Unesco, para su aprobación y proclamación.
La salud de la gente, sobre todo la de quienes viven en países de ingresos bajos y medios, está seriamente afectada por el cambio climático que es un problema para el mundo y se agravará en el futuro, posicionando en la cotidianidad a situaciones críticas como el acceso al aire puro, agua potable, alimentos y albergues seguros. Algunos efectos del cambio climático son ya evidentes, como la migración humana por esa causa, que entre otras secuelas provoca que enfermedades propias de ciertas regiones afecten a otras a las que llegan quienes migran. El estado nutricional de mucha gente es cada vez más crítico, lo que influye en su capacidad para enfrentar infecciones. La Organización Mundial de la Salud ha estimado que el cambio climático causará doscientos cincuenta mil decesos adicionales por año.
Adicionalmente, las tensiones económicas y políticas generadas por esta situación pueden provocar la destrucción o deterioro de infraestructuras de salud pública lo que influiría en la capacidad para enfrentar nuevas pandemias.
La solidaridad y la cooperación, principios básicos de la convivencia, son indispensables en los ámbitos internacionales y nacionales para enfrentar las devastadoras y ya presentes consecuencias del calentamiento global. (O)