La Comisión Europea afirmó este martes, 3 de octubre de 2023, que la inteligencia artificial, los semiconductores, la biotecnología y la tecnología cuántica que se fabrican en la Unión Europea pueden suponer un riesgo para la seguridad si se venden a terceros países que los usen con fines militares o para vulnerar los derechos humanos.
Para mitigar el riesgo, Bruselas estudiará qué medidas se pueden llevar a cabo, entre las que no descarta, en última instancia, restringir la exportación de estas cuatro tecnologías a países extracomunitarios, según dijo una fuente comunitaria.
En concreto, el Ejecutivo comunitario identificó determinados productos tecnológicos como la microelectrónica, los chips de alta frecuencia, así como la computación en la nube, el análisis de datos, el procesamiento del lenguaje, las comunicaciones cuánticas, las técnicas de modificación genética o la biología sintética.
Desde ahora y hasta la primavera de 2024, la Comisión analizará junto a los Estados miembros los riesgos concretos que pueden suponer para la seguridad europea antes de decidir qué acciones se llevaran a cabo para reducir el peligro.
«Europa se está adaptando a las nuevas realidades geopolíticas, poniendo fin a la era de la ingenuidad y actuando como un verdadero actor geopolítico», dijo el comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, en un mensaje en la red social X.
El Ejecutivo comunitario identificó además otras seis áreas tecnológicas que en su opinión suponen un riesgo menor a las anteriores, entre las que se encuentran las redes 6G, el internet de las cosas, la ciberseguridad, los sistemas de observación espacial y terrestre, la fusión nuclear o los drones.
La Comisión estudiará también junto a los países de la UE si deben adoptarse medidas respecto a estas otras tecnologías.
El proceso que inició Bruselas forma parte de la Estrategia Europea de Seguridad Económica que publicó en junio, cuya principal medida consiste en controlar las inversiones europeas en sectores clave como el tecnológico o el militar de países que pueden suponer un riesgo para su seguridad, como Rusia o China.
Antes de que termine el año, la Comisión presentará un propuesta para contrarrestar los riesgos de este tipo de inversiones. (I)
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