Excepto uno o dos aguaceros la semana anterior, no llueve lo suficiente en las cuencas hidrográficas.
Si no llueve en las alturas, baja y baja el caudal de los ríos, no hay agua suficiente para potabilizarla, sobrevienen los racionamientos del líquido vital, la gente desespera, y los “apagones” por falta de energía hidroeléctrica son una posibilidad en potencia.
En los cauces de los ríos sobresalen las piedras. Corren peligro las especies acuáticas. La radiación solar pone en riesgo la salud. El calor, en el caso de Cuenca, es inusual.
Son las consecuencias de 35 días de estiaje total. Desde hace varios días, algunos pequeños sistemas comunitarios de agua potable se vieron forzados a racionar el servicio. Ahora el turno es del Proyecto Nero, el más grande por el número de abonados (40 mil) y el área de cobertura.
A la planta potabilizadora llegaban 72 litros de agua por segundo. Ahora son 43. Ocho tanques de reserva están vacíos. En consecuencia, los racionamientos superan las 12 horas por día. Dramático.
ETAPA EP los abastece de agua a través de tanques, siendo destacable el apoyo del Cuerpo de Bomberos.
La Junta Administradora del Sistema Nero, bajo amenazas de multar, exige no malgastar el agua. Similar pedido hizo a sus abonados del área urbana la empresa municipal. Nadie quiere los racionamientos de un servicio tan vital. Entonces, vale acatar tal disposición.
Cuando sobrevienen estas crisis, resurge la discusión sobre la necesidad urgente de buscar nuevas fuentes de agua. En el caso de Nero, han pedido al Ministerio del Ambiente la posibilidad de ampliar la potabilización de 72 litros por segundo a 153 litros.
Se debe planificar para el mediano y largo plazo el servicio del agua potable. Y eso parte por no solo buscar nuevas fuentes, sino cuando se las descubre o hay alternativas no oponerse así por así, como ocurre con el fallido proyecto hidroeléctrico Soldados Yanuncay, uno de cuyos componentes es suministrar el agua para la planta de Sústag. (O)