Son los análisis y comentarios luego del debate presidencial –difundidos por las redes sociales– los que han desnudado las flaquezas y debilidades de los candidatos finalistas. La ausencia de temas sustanciales que conciernen y preocupan a la mayoría de la población ecuatoriana muestra que los discursos y las ofertas electorales, lejos de mostrar alguna empatía con la crítica realidad social y económica que atravesamos, profundizó el desconcierto y la amarga desazón que vivimos en épocas en que parece que nos han caído todas las plagas del Apocalipsis. Un cara a cara decepcionante, plano, lento, con candidatos nerviosos tratando de desprenderse de sus históricos mentores, sin responder, con repeticiones constantes y alusiones a las declaraciones teóricas de sus programas de gobierno, sin la menor intención de incorporar temas como migración, soberanía alimentaria, participación ciudadana, discapacidad, derechos sexuales y reproductivos, cultura, salud mental y violencia intrafamiliar, interculturalidad, educación bilingüe, derechos humanos y de la naturaleza, derechos de las minorías y de los pueblos y nacionalidades, vialidad y conectividad, etc. Cierto, como dice un titular de prensa: “El encuentro televisado no alcanzó ni para los memes”.(O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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