Quito se abastece de agua desde Napo

El sistema de bombeo y la gravedad es una solución a largo plazo y esa experiencia ya la vivió la ciudad capital para trasladar el liquido.

Quito capta el agua en la parte baja de Papallacta, en la Reserva Cayambe Coca, y mediante bombeo se abastece a la estación de Bellavista. Así funciona el proyecto Chalpi Grande – Papallacta que beneficia a 500.000 habitantes del norte de la ciudad.

Para lograrlo, al Municipio capitalino le tomó un largo proceso de negociación hasta llegar a un consenso con Napo, provincia desde donde se capta el líquido vital. Desde Bellavista, en cambio, por gravedad se distribuye el líquido a zonas como Tumbaco, Cumbayá, Puembo, Pifo, Tababela, Checa, Yaruquí, El Quinche y Guayllabamba.

La última inversión fuerte del Cabildo quiteño fue, a través de la Agencia Francesa de Desarrollo. Con una inversión de 39,3 millones de dólares se pudo ampliar el caudal. Para el traslado del agua se instalaron tuberías de acero diferentes diámetros a lo largo de 12 kilómetros. En el río Chalpi se construyeron cuatro captaciones. Quito se abastece de agua desde Napo

Esto sirvió para aprovechar un caudal de 2,2 metros cúbicos por segundo de los ríos Chalpi y Encantado. Al aumentar el caudal se pudo cubrir la demanda. Asimismo, está contemplado el mantenimiento de tubería y maquinaria que sirven para el bombeo desde la parte baja.
Mediante este sistema, según el Municipio y la Agencia, se puede garantizar el abastecimiento de agua hasta el 2050. Sin embargo, ese plazo no es definitivo porque el crecimiento poblacional se ha disparado en la zona de abastecimiento.

En la actualidad, el Municipio continúa en estudios en la misma zona que permita encontrar fuentes de captación tanto para Pichincha como para Napo. Uno de los acuerdos consiste en trabajar coordinadamente para hallar soluciones al abastecimiento del líquido. Periódicamente hay evaluaciones de los técnicos al sistema y al caudal que se capta.

Vigilancia de páramos

La presencia de ovejas y vacas en el cerro Atacazo activó la alerta. A dos kilómetros de la zona de pajonales y de cochas de agua comenzaron a aparecer animales domésticos que se alimentan de la vegetación.

Desde el año pasado, los tres guardaparques deben recorrer permanentemente la zona. Esta es una de las fuentes de agua más antigua de la capital. El crecimiento urbano ha ganado terreno en el cerro y los informes técnicos advierten del peligro que esto conlleva.

Además de que se pierde espacio verde, los animales consumen pasto y ponen en riesgo de contaminación del agua. Entre el 2015 y el 2020 debían operar tanques de captación, pero por esta amenaza no fue posible.
Desde las fuentes hasta la estación de potabilización hay 30 metros y se calcula que pasan unos 75 litros por segundo.

El Municipio de Quito compró 411 hectáreas que estaban en manos privadas con la finalidad de proteger y declarar como zonas de conservación. El objetivo es cuidar una de las fuentes de abastecimiento que sirve a más de 300.000 personas del sur de la capital. Sin embargo, no es suficiente para cuidar esta fuente ubicada a más de 3.200 metros sobre el nivel del mar.


Según un estudio y recomendaciones de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) es necesario adquirir otras 700 hectáreas que permitan blindar esta zona que es un pulmón hídrico para los quiteños.

“Es necesario que se impulse un plan con todas las captaciones. El cambio climático está afectando mucho. Las altas temperaturas quema los pajonales y por ende disminuye la cantidad de agua. Los fuertes climas también aumentan la demanda de agua”, advierte Gonzalo Guevara, docente universitario y especialista en ambiente.

Cuatro puntos de captación

El sistema de agua potable de la capital tiene cuatro puntos de captación: La Mica, Papallacta, las Conexiones Occidentales y las Conexiones Orientales. En los últimos siete años se ha priorizado el cuidado de las fuentes de agua para garantizar el abastecimiento del líquido.
En el informe de gestión de Epmaps que fue entregado al Alcalde de Quito, Pabel Muñoz, se revela que otro punto de captación de agua que merece vigilancia permanente es la laguna La Mica, ubicada en los límites entre Pichincha y Napo.

Para esto, el Cabildo metropolitano adquirió 8500 hectáreas de Páramo que lindera con el Parque Nacional Antisana.
Aquí fue necesario promover un plan de conservación para evitar la introducción de animales domésticos y fomentar la reforestación de plantas nativas.

El sistema Mica comprende dique y embalse de las captaciones de los ríos Antisana, Diguchi y Jatunhuayco. A la laguna desembocan los ríos Alambrado, Moyas (alimentado a su vez de los ríos I y J) y Sambache. El plan de conservación se ha extendido a otros páramos. Por ejemplo, 10.000 hectáreas se compraron en el Parque Nacional Cotopaxi por el sistema del río Pita. (I)