A propósito de los racionamientos del servicio de luz vale preguntar por el destino del proyecto hidroeléctrico Soldados Yanuncay, planificado por Elecaustro desde hacía varios años.
Debió construirse en los límites de Baños y San Joaquín, parroquias rurales del cantón Cuenca, a un costo estimado en USD 88 millones.
El proyecto, declarado prioritario para el Azuay en 2010, permite el manejo integral de la cuenca hídrica del río Yanuncay. Recibió la licencia de aprovechamiento del agua en 2012.
Además de generar energía eléctrica (22 megavatios), garantiza la dotación de agua hasta 2050; evitará inundaciones en la parte baja cuando haya fuertes lluvias, como ya ocurrió décadas atrás.
Si se ejecutaba en el tiempo previsto, posiblemente ya estuviera en servicio; pero ha transcurrido no menos de doce años y ahora ya casi nadie habla de él.
Se oponen comunidades aledañas, nunca satisfechas con la información técnica y ambiental socializada por Elecaustro.
Lo frenaron con movilizaciones y argumentos como la merma del agua en quebradas y en el Yanuncay, de provocar alternaciones climáticas, incluyendo la reducción de la temperatura en el sector y la probable venta de energía para el proyecto minero Río Blanco, suspendido.
Es lamentable, pero en el Ecuador se practica la “cultura del no”, con lo cual los prejuicios, la mala interpretación de los estudios, la información sesgada, el maniqueo uso del tema medioambiental, cuando no el simple capricho, bloquean el desarrollo.
Cuánta falta le hace al país las inversiones en el sector eléctrico, la ejecución de proyectos como Soldados Yanuncay, Cardenillo, entre otros, para la solución a largo plazo de la crisis energética. ¿Repararán en esto los opositores a todo?
Ojalá el alcalde de Cuenca, el prefecto del Azuay, los asambleístas provinciales electos, hagan causa común y junto a Elecaustro desempolven la propuesta por el bien de la provincia y de todo el Ecuador. Los comprometemos.