Intempestivamente hemos retrocedido décadas en nuestra historia, a aquellas épocas en que, debíamos soportar que la luz eléctrica fuera uno de nuestros pequeños lujos. Y sin embargo, con bastante frecuencia “se iba la luz” y de algún lugar salían las llamadas “velas” y se volvía a tener una mísera claridad que, sin embargo, permitía apenas continuar con la vida doméstica.
Cada tantos años había épocas sin lluvias y quienes proveían los servicios de agua potable y energía eléctrica se veían en la necesidad de suspenderlos. Lo menos que se podía pensar es que en esta época se debió haber aprendido métodos de prevenir tales cosas, igual que sucede en todo el mundo civilizado. Pero hemos estado equivocados. Aquí nuestros gobernantes no tienen idea de lo que significa civilización. Presidente y Ministro de Energía permanecen en sus escritorios ganando jugosos sueldos y dedicados a leer los periódicos, atender a sus “chats” y correo electrónico. Así hemos visto que nada han hecho para evitar algo que se veía venir de manera ineludible, del agotamiento de las centrales hidroeléctricas y la suspensión del servicio eléctrico. Tuvieron muchos meses para buscar solución y, sin embargo, nada han hecho y recién ahora comienzan a pensar en la forma de conseguir energía eléctrica de otro tipo. El prófugo demagogo ofrecía exceso de energía, hasta para vender, nos decía.
El Ministro de Energía recién ahora comunica que hará concursos para conseguir la prestación de servicios con tal finalidad ¿Por qué no comenzó tales procesos hace meses, cuando se vio inevitable el fracaso de nuestras Centrales Hidroeléctricas? Como la inmensa mayoría de los funcionarios del Estado ha esperado hasta que el perjuicio a la población esté consumado para comenzar a pensar en soluciones considerando que la falta de energía eléctrica ocasiona más problemas, suspensión de semáforos, de agua en muchas partes del país (falta de bombeo), de la venta de combustibles, etc. Sería más racional tomar medidas preventivas y con suficiente tiempo.
A estos funcionarios y gobernantes folclóricos debemos una administración pésima que ha venido a dar en estos lamentables cortes de energía. (O)