Fluminense logró una emocionante victoria por 2-1 sobre Boca Juniors en la final de la Copa Libertadores, celebrada en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
El veterano argentino Germán Cano y el juvenil John Kennedy fueron los héroes del equipo brasileño al marcar los goles que les dieron su primer título continental.
El partido se definió en la prórroga, consolidando la posición de Brasil en la Libertadores con cinco títulos consecutivos. La victoria de Fluminense frustró los planes de Boca Juniors de conseguir su séptimo título continental e igualar el récord del Independiente de Avellaneda.
El juego mostró el dominio inicial de Fluminense, especialmente en los primeros minutos, donde Cano se destacó como goleador.
El equipo brasileño, dirigido por el técnico Fernando Diniz, optó por un enfoque ofensivo y «jogo bonito», contrastando con la estrategia de contragolpe de Boca, dirigido por Jorge Almirón.
A pesar de los intentos de reacción de Boca, Fluminense mantuvo su control, y el empate llegó con un potente disparo de Advíncula.
La prórroga vio a John Kennedy anotar el gol del título para Fluminense, aunque su exceso de celebración resultó en una expulsión.
La final también fue marcada por la expulsión de Fabra de Boca y la administración táctica de Fluminense para asegurar la victoria.