¡Esto se descontroló! A lo lejos han quedado los años en que Cuenca era una ciudad tranquila, en la que se podía caminar sin que nadie te agreda. Hoy en día salir a la calle se ha convertido en una verdadera odisea. O si no, pregúnteles a quienes estuvieron el sábado pasado por el centro histórico. Les cayó una marea de salvajes motociclistas que hicieron de las suyas. Usaron el espacio público para amedrentar a la gente con piruetas y desafiantes arengas.
Pero esos acontecimientos escandalosos no solo han pasado en Cuenca. Consulte al primo, o la prima que está en la Yoni. La Gran Manzana también ha sido víctima de esos desadaptados. Se toman las calles generando un caos total. Pero una pequeña diferencia. Allá los chapitas son más plantados y no les tiembla la mano por el temor a los derechos humanos o a alguna fundación de defensa de migrantes.
Pero retomemos el tema. A más de la espantosa escena de narconovela que se vivió, los negocios también tuvieron su noche de terror. Y no por las motos. Si no por el cierre de las vías. Se quedaron con los churos hechos. Una reconocida carrera nocturna colapsó el tránsito por unas cuantas horas. Ojo, todo bien con el deporte. Es más, yo lo practico. El rechazo es por el trazado de la carrera y la hora que se la desarrolla. ¡Afectan a los emprendimientos! Repita conmigo: el sábado por la noche, es día de muchas ventas. Hagan su negocio, pero no afecten a los otros. No sean narcisistas.
Por eso, hagamos un “pedido” a nuestros “destacados” concejales. Que, por cierto, algunitos deben seguir enfiestados. ¡Vayan a mirar sus redes sociales! No es chendo. Es de urgencia normar la circulación de los motociclistas. No podemos permitir que a Cuenca la traten como una selva. Tiene que primar el orden. No botemos por la borda lo que hemos conseguido por años. Pero si el puestito les queda grande, den un pasito al costado y dedíquense a otra cosa. Acá necesitamos políticos en serio. No solo para salir en la fotito o ponerse el sombrerito. ¡Avíspense, no sean mushpas! (O)
