Artesanos: un trabajo complejo, pero con amor y talento

Solo quien está usando sus manos, día y noche, dándole forma a un elemento, sabe realmente lo que significa ser artesano. Los espectadores, el público, solo ven la obra final, sin conocer que detrás hubo un trabajo que muchas veces no es reconocido como se debe.

Y es que el artesano, a pesar de algunos mal sabores de boca que deja la profesión, le pone su impronta, su corazón y su talento a los objetos que los imagina y los crea con sus extremidades.

A pesar de que la paga a veces es mala, los artesanos luchan día a día para sostenerse y mantenerse en el tiempo. Un ejemplo de ello se ha podido observar en las ferias de independencia de Cuenca.

Basta con recorrer las plazas y las aceras, sobre todo del Centro Histórico y sus alrededores, para caer en cuenta del talento que todavía prima en la ciudad.

“El tema artesanal es resistencia porque tal vez lo económico no es lo mejor, pero pone en evidencia que la mayoría de personas que estamos trabajando en esto tenemos amor por este trabajo”, opinó David Cosseu.

Cosseu es un cuencano que desde hace ocho años trabaja con la madera. Utensilios, juguetes y muebles crea el artesano con sus manos. Y aunque mantener su arte ha sido complicado, lo disfruta porque ser artesano no se trata de dinero.

Artesano tampoco se trata de aquel que practica ciertas ramas artísticas. Al menos así lo ve el artista plástico Gonzalo Arce, quien desde la pandemia empezó a trabajar con objetos reciclados para darles un nuevo uso.

Carritos, casitas, objetos para decorar surgen de las manos de Arce una vez que da forma a lo que la gente considera como desechos.

Las manos son la clave para darle forma a los elementos que se transformarán en un objeto.

“Desde la misma cocina parte de lo artesanal. Yo creo que el trabajo artesanal es la expresión del ser humano ante el mundo a través de sus manos por cualquier medio. El peluquero es un trabajo artesanal”, dijo Arce a diario El Mercurio.

Rescatando técnicas

Las generaciones de ahora, sobre todo quienes están vinculadas con el diseño, han tratado de rescatar lo artesanal por medio de trabajos contemporáneos. Un ejemplo de esto son las obras textiles de Silvia Zeas, cuyos ponchos son elaborados con la técnica de la macana.

El diseño y concepto actual, juntado con el proceso de elaboración artesanal, ha permitido que Silvia promueva el arte con base a técnicas que surgieron en el pasado y que todavía se mantienen.

Silvia Zeas ha juntado el diseño contemporáneo con las técnicas artesanales que todavía se mantienen en el Ecuador

“No queremos que lo artesanal se pierda. Queremos que las nuevas generaciones sepan de las técnicas artesanales que pueden ser fusionadas con lo que tenemos hoy”, comentó Silvia, quien es profesora en la Universidad del Azuay, en donde, a sus estudiantes, les transmite ese mensaje de promover al artesano y sus técnicas.

Cuenca, ciudad artesanal

Para Francisco Vidaurre, agregado Cultural y de Prensa de la Embajada de Chile en Ecuador, lo que hacen los artesanos en Cuenca es identidad. El chileno estuvo este fin de semana por la ciudad para recorrer las ferias. En ellas se encontró con una serie de expresiones que muestran la diversidad que está detrás de las artesanías.

“La cerámica cuencana es muy conocida en muchos países del mundo. Vienen turistas a Cuenca solo para comprarse la cerámica porque tiene una calidad única, tremenda. Y eso se hace con las manos. Es invaluable”, dijo Vidaurre a El Mercurio.

Para el chileno aquello es solo una parte de lo que propios y extraños pueden descubrir entre las artesanías y los artesanos de Cuenca, quienes, aun contra todos los pronósticos mantienen a la ciudad como un espacio artesanal por excelencia. (I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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