La virtualidad, una buena aliada de la cultura y el turismo

Cuando el arqueólogo virtual Rafael Campoverde se acercó a la más importante reserva de arqueología prehispánica de Cañar para ofrecer implementar uno de sus innovadores proyectos, estos le respondieron que no.

Esta negativa le hizo pensar que muchos de los espacios dedicados a la promoción cultural y turística del país no están listos para dar el siguiente paso hacia la innovación.

Pero Campoverde, actual docente e investigador de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS), llegó hasta el Parque Arqueológico Cochasquí, en Quito, en donde sí pudo vincular sus dos pasiones: la arqueología y las nuevas tecnologías.

Gracias a esto, hizo la reconstrucción virtual del sitio histórico. Este proceso consiste en tres partes.

La primera es el levantamiento de la información usando la fotogrametría y escáner láser o tecnología LiDAR para obtener un modelo en tres dimensiones del sitio arqueológico.

En segundo lugar, trabajó en un modelo en tres dimensiones, modelado en programas como 3D Max Estudio y Blender. Y, finalmente, visualizó el sitio utilizando realidad aumentada (gafas) para interactuar con el sitio arqueológico.

Vincular este tipo de innovaciones con espacios culturales y turísticos solo requiere “un cambio de mentalidad”, señala Campoverde.

Desde la universidad están abiertos a apoyar las iniciativas que faciliten la democratización de la cultura a través de la virtualización del patrimonio.

Pero ¿pueden estos nuevos elementos quitar visitas en lugar de atraerlas? Según el investigador, es todo lo contrario. “Se ha demostrado que estas innovaciones fomentan el turismo y las visitas a estos sitios… así pasa en otros países”, reveló el docente de la UPS.

Para acercar estas ideas a Cuenca, trabaja en tres proyectos. Uno es la reconstrucción del Instituto Cornelio Merchán, edificación que se quemó en 1962 y que estuvo emplazada en lo que hoy es María Auxiliadora.

Otro es la reconstrucción virtual de un tramo del Qhapaq Ñan o Camino del Inca, entre Ingapirca y Achupallas. Y, otro más, es al sitio arqueológico de Paredones.

Para Campoverde, acceder a estos cambios e innovaciones es elevar la cultura y el turismo a la calidad de empresa, de tal forma que genere ingresos que permitan mantener los bienes patrimoniales.

“Debemos de dejar esa idea paternalista de creer que el Estado debe darnos todo, cuando podemos empezar a generar por cuenta propia”, recomendó.

Cuenca virtual y digital

Algo similar promueve Gustavo Bravo, del grupo de investigación ‘GIHP4C’, que maneja líneas de investigación con aplicación de la tecnología en temas patrimoniales.

Ahora trabajan sobre un ícono del patrimonio cuencano: el Puente Roto. Quieren brindar a las nuevas generaciones la oportunidad de conocer qué pasó y cómo era antes esta estructura.

Bravo y su equipo recrean la crecida del río Tomebamba y la destrucción del puente, a través de la realidad aumentada. Lo mismo hacen con la Catedral Vieja.

Acceder a estos recorridos es posible con la lectura digital de un innovador código QR con el cual es posible recorrer esta maravilla de la cultura cuencana sin necesidad de estar presente, de manera física, en este espacio.

Ahora trabajan en la instalación de este entorno de entretenimiento y aprendizaje en lugares de fácil acceso ciudadano, por medio de un sitio web.

El proyecto ya está listo, únicamente les falta la autorización del Municipio de Cuenca para aplicar. (I)

El ‘Raymi Móvil’, lleva experiencia inmersiva única

Si en la zona urbana se ha implementado poco, ¿qué podemos esperar de la ruralidad? Uno de los intentos por abrir la oportunidad a que más gente acceda a este tipo de tecnología, es ‘Raymi Móvil’, del Gobierno Provincial de Azuay.

Se trata de una exposición en realidad aumentada para conocer a personajes de la cultura popular y ancestral de la región.

Jonathan Villamar, de la productora ‘Kinosur’, especializada en brindar experiencias inmersivas, reconoce que si bien la realidad aumentada no es nueva y ya se ha explotado en otras ramas, todavía persiste el desconocimiento desde la práctica cultural.

Pero también hay desconfianza y desconocimiento sobre qué uso darle. “Muy poco se presupuesta o se destina para este tipo de propuestas”, enfatizó al referirse a las entidades públicas dedicadas a la cultura.

De no hacerlo, cómo pueden conocer su impacto, se cuestiona. Para entender el impacto que las aplicaciones tecnológicas tienen en la ruralidad, lo aplicaron en el sector de Morasloma.

Según Villamar, la experiencia de acercar el arte y la cultura, a través de la tecnología, no solo brinda nuevas experiencias, también les da oportunidad de conocer lugares que son de difícil acceso. (I)

CIFRAS

3

proyectos están encaminados para conocer lugares que ya no existen como el Puente Roto o el edificio Cornelio Merchán.

10.000

dólares es el valor promedio que tiene un proyecto cultural y turístico adaptado a la realidad aumentada.

EL DATO

  • El proyecto ‘Raymi Móvil’ consiste en dos cofres o biombos con siete metros de exhibición para el disfrute de los usuarios.

Fabian Campoverde

Periodista multimedia y creador de contenidos digitales con una maestría en Comunicación Estratégica Digital. Especializado en temas de seguridad, cultura, crítica teatral y música. Escribe sobre viajes, arqueología e historia.

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