Más de quinientos artesanos se tomaron la calle Bolívar para recordar su día. Con cantos, marchas, bailes y aplausos, el Centro Histórico vibró de emoción y talento por la exhibición que dieron los gremios y asociaciones artesanales de Cuenca y del Azuay.
Además de enaltecer una vez más el Día del Artesano, el evento sirvió como despedida a los cientos de turistas que llegaron hasta la ciudad para pasar el feriado. Grandes y chicos, principalmente de la región Costa, se acomodaron en las aceras de la Bolívar para aplaudir a los artesanos.
El color y el ritmo que le pusieron los gremios y asociaciones al desfile dio diversión a todos aquellos que estuvieron como espectadores.
“Me voy contenta de ver tanta cultura en Cuenca. Ha habido muchas actividades y ahora tuve la oportunidad de ver el desfile. Con esto me regreso a mi ciudad sabiendo que se ha disfrutado mucho en esta ciudad bella”, dijo Elizabeth González, una guayaquileña que se paseó y vio el desfile de los artesanos en Cuenca.
Treinta gremios y asociaciones participaron del evento que se desarrolló entre el parque San Blas y el Parque Calderón. A esos grupos se sumaron estudiantes de escuelas y colegios, quienes acompañaron a con bailes folklóricos y contemporáneos.
Cada participante dejó su impronta en las presentaciones que se llevaron a cabo en la calle Bolívar. Ya sea mostrando los objetos que usa para trabajar, de gala o disfrazado, los artesanos dieron un espectáculo distinto a lo que se había visto en años anteriores.
Eso se debió a que desde la Federación de Artesanos del Azuay se motivó a que muestre algo diferente en el desfile que se extendió hasta el mediodía.
Revalorizar el trabajo
A más de mostrar a los artesanos, en el desfile, asimismo, se enfatizó en la revalorización del trabajo artesanal y en la solicitud de ayudas para que ese trabajo no desaparezca.
“Necesitamos que el gobierno le ponga más atención a los artesanos, que nos ayude dándonos oportunidades para mostrar nuestro trabajo. Somos una fuerza poderosa de trabajo en todo el Ecuador. Tienen que considerarnos”, dijo Gladys Toledo, quien está a cargo de la Asociación Interprovincial de la Belleza del Azuay.
Para Toledo, ser artesano es aquel que trabaja con sus manos, que crea objetos o le da forma a ciertos elementos, y por esa misma razón es que ella cree que debe ponerse más atención a la labor artesanal.
En cambio, para Cervantes Farez, artesano que pertenece al gremio de la madera en Azuay, hoy en día, las instituciones educativas deben ponerle los ojos al rol que cumplen los artesanos y artesanas, ya que su trabajo puede ser una salida laboral para los jóvenes.
“No se ha incentivado mucho a que los jóvenes sigan carreras artesanales. Nos falta mano de obra calificada. Muchos jóvenes se gradúan de la universidad y recién van a buscar trabajo, mientras que, en los talleres, pasan dos o tres años y ya profesionalizan en una rama artesanal mientras ya trabajan”, dijo Cervantes a diario El Mercurio.
Con apoyos e incentivos, los artesanos están seguros que, al menos en Cuenca, el trabajo manual continuará en los siguientes años, aun cuando la producción industrial sigue ganando terreno. (I)