Bertha Vintimilla Vinueza junto a sus hermanos, desde años atrás se constituyó en la pionera del buen comer y del buen hacer, en la cocina cuencana. Por herencia familiar, desde su abuela -Esther Muñoz y su padre, Cornelio Vintimilla- ella, con enorme talento empresarial fundó uno de los restaurantes más prestigiados en nuestra ciudad, El Villa Rosa, que hubo de cerrarse, en razón de la apertura de la vía para el tranvía, que obstaculizó el fácil acceso al tránsito vehicular. Luego vendrían otros restaurantes familiares, que exhibirían elevados niveles culinarios: El Jardín, El Mercado, El Victoria, El Rosé y El Cuchi Suco.
La cocina es una actividad ligada al ritual y ceremonial de los pueblos y de sus gentes, quienes han recreado con enorme intensidad culinaria, los manjares que se producen con sus manos. En todos los tiempos, se habla del goce del sabor de los alimentos. Es así cómo, Bertha Vintimilla logró con su sensibilidad y su gusto por los sabores, desarrollar el arte de una cocina de categoría y haberse convertido en destacado artífice de la cocina.
¡Hoy, se la extrañará en su casa y en su mesa, en donde ella fue su cultora y su maestra! ¡Los recetarios de Bertha Vintimilla se traducirán en un valioso legado en manos de sus hijos, de sus nietos y de todos quienes amamos la buena cocina! ¡Paz en la tumba de Bertha Vintimilla Vinueza! (O)
