Sección de Autoayuda

Suena el despertador. Día normal. Un duchazo rápido, encender el coche y llevarse algo rápido para desayunar en la oficina. Conducir unos pocos metros y zambullirse en el tráfico de la ciudad. Unas cuantas horas de laburo, llegar a casa para encender el televisor y luego, nuevamente, el despertador…

¿Es esto la vida? ¿esto? ¿En serio? Un nudo en el estómago y una sensación indefinible que se parece a la tristeza, anuncian la crisis en ciernes. Algún recuerdo atávico nos hace volver la vista hacia la religión. Y no, eso tampoco funciona. ¿Y luego? Pues la nada. El vacío existencial. Y será entonces cuando, cansados y desorientados, un buen día pasamos frente a una librería. Entramos como quien no quiere la cosa y acabamos frente a una sección que paradójicamente se llama “Autoayuda”. ¿Qué encontramos? Pues, por decirlo así, un supermercado de respuestas prefabricadas.

Títulos sugestivos y relatos empalagosos con final feliz. Una portada que que reza “¡Bienvenido al Club!” – ¿pertenezco a un Club? – y un largo abanico de títulos que suenan más o menos como “El éxito depende de Usted” o “No hay imposibles”.  Siempre por debajo de las 200 páginas, encontrará algunas obras que descifran la biblia en tres capítulos o resumen en ocho concejos prácticos los treinta y cinco siglos de sabiduría oriental. Terminará con un texto que enseña a volverse millonario en una semana y otro llamado “Sobrevivir al Divorcio”. Sin duda, el asunto es tentador. Además, siendo un bestseller, tanta gente no puede estar equivocada.  ¿No verdad?

Pues bien. Si mi modesta opinión contribuye, le sugiero mirar, también, los estantes de atrás. Allí donde están las obras que enseñan a pensar. Encuéntrese con Borges, Neruda, Nietzche, Eco y Adoum. Revise los grandes clásicos. Busque esas obras oscuras, tortuosas y sin final feliz. Maravillosas. Esas donde el mensaje se esconde entre líneas y espera, paciente, por Usted.

¿Y las recetas rápidas para la vida?  Pues, a lo más, puedo contarle que mis problemas se resuelven arremangándose la camisa y dando la cara. ¿Sus problemas? Pues son suyos. Y es que, verá Usted, no todos podemos ir por la vida recetando soluciones. Algunos no sabemos… (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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