Al cierre de la gestión presidencial -usualmente de cuatro años- se acostumbra a plantear una campaña de comunicación de legado, es decir una estrategia comunicacional que reafirme la gestión realizada y proyecte un mensaje que transite entre lo racional y lo emocional. La gestión de Guillermo Lasso ha recibido, en el intento de hacer una campaña de legado, todo tipo de acusaciones y reproches que con justa razón critican una labor que deja más deudas pendientes que promesas cumplidas.
Bajo la idea de “El trabajo continúa”, la Secretaría de comunicación presentó mensajes alusivos a la gestión gubernamental, que le permita demostrar resultados a pesar de los roces con la Corte Constitucional. Bien conoce la ciudadanía que la acusación de bloqueo político se suponía que había sido superada al no contar con Asamblea Nacional, sin embargo, la idea de gobernar bajo decretos tampoco ha podido gestionarse por los dictámenes de la Corte que no le han sido favorables.
El anuncio de escribir un libro sobre los días al frente del Ejecutivo, parecía ser una expresión más de la irrealidad que condiciona cierto sector que rodea el entorno presidencial. Se pueden rescatar dos hechos importantes en estos dos años de gestión: La vacunación y los resultados en desnutrición infantil. No se necesitan 900 páginas para escribir sobre esa parte de la gestión.
Ahora, si en esas páginas se relatan los hechos sobre los Pandora Papers, el desafío de equilibrar fuerzas con el “triunvirato de la conspiración”, la decisión de tomar prisionero a Iza en los inicios de la manifestación de las comunidades indígenas. Si nos cuenta sobre cómo fue la denuncia sobre el caso León Troya. Qué mismo pasó con su cuñado y Hernán Luque, entre otros nombres que resuenan. O al menos que escriba sobre la treintena de viajes realizados en el avión que no se llegó a vender, quizá ahí sí se utilizarían las 900 hojas y algunos nos animaríamos a leerlas. (O)