Seguridad hídrica: urge guardar el agua

Lars Ribbe es profesor de gestión integrada de recursos terrestres e hídricos y director del Instituto de Tecnología y Gestión de Recursos en los Trópicos y Subtrópicos, de la University of Applied Sciences, en Alemania. Ha hecho investigaciones de impacto mundial en áreas como: evaluación, modelación y gestión de cuencas fluviales y se ha especializado en desarrollar sistemas de conocimiento para la toma de decisiones. Sus trabajos han resultado un importante aporte científico mundial en temas como la escasez de agua y la sequía, además de las inundaciones y la contaminación del agua. Ribbe es uno de los expertos que está en Cuenca como expositor del Water Security and Climate Change, Conference 2023, que se desarrolla hasta hoy en la Universidad de Cuenca. Es PHD en hidroinformática, por la Universidad Friedrich Schiller (FSU), de Jena, y ha dirigido una serie de investigaciones en temáticas como energía y seguridad hídrica.

– ¿Qué es la seguridad hídrica?

Es un concepto que se refiere a la disponibilidad de agua frente al uso de agua, se refiere al uso doméstico de agua, pero también al uso de agua en todos los sectores, por ejemplo, en la agricultura, la hidroenergía y la producción de alimento. También se refiere al abastecimiento de agua a sistemas ecológicos y al medio ambiente, que también necesita agua. Finalmente se refiere a la seguridad frente a cambios extremos de clima, para enfrentar inundaciones y sequías.

– En resumen, ¿qué hacer para lograr una seguridad hídrica?

Comenzar primero con un buen conocimiento de la disponibilidad del agua y del círculo hidrológico entero, incluyendo la interacción con los sistemas humanos. Si no podemos cuantificar el agua es difícil mejorar… Segundo, también se requiere una acción integrada, porque muchas veces estamos dando soluciones muy sectoriales. Tercero, hay que hacerlo de una forma participativa porque necesitamos de esas soluciones que estén aceptadas por la población. Cuando hablamos de soluciones hoy en día, hablamos cada vez más de integrar la naturaleza en la combinación de soluciones. Por ejemplo, la vegetación, el uso del suelo, los humedales…

– ¿Cuáles son las actividades donde se consume mayor cantidad de agua, que podría ahorrarse?

Eso depende de país a país, y de zona a zona, por ejemplo, en Alemania usamos la mayoría del agua para el sector energético, y en otros países se usa más en el sector del riego. Pienso que el sector más importante es el sector hidroenergético aquí en el país. Como vemos ahora hay una sequía y tiene un impacto en la producción de electricidad, y ahorrar en este sentido no es la palabra adecuada porque un embalse hidroeléctrico no está consumiendo agua, está solamente utilizando agua, pero hay que tener la disponibilidad de agua. Eso tiene que ver con la gestión en toda la cuenca y hay que pensar en el uso del suelo en la cuenca entera y distribuir el flujo en otra manera…

– En Cuenca, el agua del río Machángara es usada para la generación de electricidad, para riego y para potabilizarla para el consumo humano. ¿Es recomendable este ciclo de uso?

Es un buen ejemplo de soluciones en sistemas multifuncionales, como dije, el sector hidroeléctrico no está consumiendo agua, está ahorrando agua porque cuando sale del embalse todavía puede tener otros usos. Es una solución hacia la dirección correcta.

– ¿Qué otra solución se podría aplicar para guardar el agua, además de las represas, diques o embalses?

Siempre es importante analizar cómo usamos el agua dentro de las ciudades, pero normalmente hay pérdidas grandes de agua dentro de las redes de distribución y para eso hay métodos de detección de pérdidas, pero también formas de mejorarlo.

– En ciudades como Cuenca hay un fenómeno de rápida expansión urbana, pues la población construye en zonas alejadas y hasta allá deben llegar los servicios de agua potable y saneamiento. ¿Cómo enfrentar esto?

Es un problema, y dependiendo de la topografía incluso a veces es mejor descubrir otras fuentes de agua. Hay sistemas de recolección de agua servidas y luego de tratamiento local. No es posible decir, uno es mejor que otro… Hay soluciones más descentralizadas, que utilizan las posibilidades que ofrece la naturaleza… Podemos tratar aguas servidas, después de un primer tratamiento con humedales artificiales. Son soluciones que se pueden aplicar en zonas semiurbanas.

– En Cuenca las aguas servidas de la ciudad son conducidas hasta una planta y tratadas, para luego ser devueltas al río. ¿Esta agua puede ser usada para otros actividades?

Usar las aguas tratadas es una práctica muy común en otras partes del mundo, por ejemplo en el Medio Oriente se usa para la producción agrícola, claro que tiene aspectos culturales, realmente higiénicos y a veces de la percepción de las personas…

– En Cuenca hay dos proyectos que buscan guardar el agua para la temporada de sequía y regular el caudal para prevenir inundaciones. Uno de estos es el represamiento de una laguna en el Cajas, y el otro la construcción de un embalse, como parte del Proyecto Hidroeléctrico Soldados – Yanuncay. ¿Son recomendables este tipo de proyectos para guardar el agua?

Hay sistemas que guardan el agua, que no son construidos y que utilizan las potencialidades de la naturaleza, como la vegetación, el suelo y el área. Esos proyectos son útiles.

– Pero, si el represamiento es artificial ¿se lo recomienda?

A lo mejor un represamiento artificial tiene impactos en la naturaleza, quizá puede tener impactos en la biodiversidad… Hay que tener cuidado, porque un represamiento de agua en zonas donde antes no existía esta agua puede cambiar el suelo.

Christian Sánchez Mendieta

Licenciado en Comunicación Social con una maestría en Marketing Digital y Comercio Electrónico. Becario en Abraham Lincoln por la Embajada de USA en Ecuador. Investiga temas de migración y periodista de temas políticos, electorales y sociales.

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