Par empezar, la educación financiera no solo es el saber del uso pertinente de los recursos y la adecuada gestión de la actividad económica, sino fundamentalmente el saber alcanzar los fines. No por nada la palabra “finanzas” proviene del latín finis, sinónimo de exitus o términus, que no requieren traducción. Entonces, si esta área de la educación debe partir diferenciando entre medios y fines, debe partir reconociendo que el dinero es un medio, pero nunca un fin. Hacer del uso del dinero la única verdad de la educación financiera, refuerza una aberración que está destruyendo la sociedad, sin mencionar que tal instrumentalización reduce las posibilidades de comprender que la generación de recursos solo ocurre en espacios sociales civilizados, es decir, espacios de paz, de libertad, de colaboración y confianza, y eso se construye en una priorización de las condiciones para el desarrollo de las personas y la insistencia en la generación de una economía más humana. A esto último debe darse el nombre de inclusión financiera. @endara_
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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