Uno de los ejes fundamentales en el valor de la historia, es el hecho de poder analizar el pasado, para entender el presente. Mirando el pasado podemos comprender, el porqué de nuestra actualidad y cómo hemos llegado a ser lo que somos. He ahí el valor de la historia.
Sólo la cabal dimensión del ayer, permite que una sociedad, se reconozca a sí misma y capte el sentido de lo inmediato. La historia es un puente entre el pasado, el presente y el futuro.
Es evidente que la historia es una necesidad social, ella nos proporciona nuestra identidad, nos ayuda a encontrar respuesta cuando nos preguntamos: quiénes somos, y como es que somos así.
En 1961, la ciudad de Cuenca había crecido, tenía alrededor de 61.000 habitantes; se sentía la necesidad de nuevos servicios, comenzaba a salir de su vida recoleta y se unía al concierto nacional e internacional; estaba agitada políticamente e inestable.
En este convulsionado ambiente; cuatro jóvenes médicos: Vicente Corral Moscoso, un cirujano de bien ganado prestigio, por su capacidad y humanismo, Nicanor Corral Moscoso, Ginecólogo, Alejandro Serrano Galarza, Anestestesiólogo y Leoncio Cordero Jaramillo especialista en Anatomía Patológica; todos ellos personas dotadas no sólo de una solvente capacidad profesional, sino también de profundos valores humanos éticos y morales; iniciaron las gestiones para fundar una institución de salud al servicio de la comunidad.
Conscientes de que el objeto del estudio y de la práctica de la medicina es la salud del cuerpo y del espíritu humano, el 22 de noviembre de 1963 se fundó Clínica Santa Ana, iniciando sus servicios con cuatro médicos, dos consultorios, un Quirófano, una sala de partos, una cuna para neonatos, un botiquín y los servicios domésticos necesarios.
Clínica Santa Ana, ha servido al bienestar y a la salud de Cuenca por seis décadas. Una nueva etapa de vida para esta Institución se iniciará en este mes de diciembre, mediante la ejecución de un proyecto de expansión de su infraestructura y modernización de los servicios de atención médica en todas las especialidades; que garantizarán la prestación de servicios de salud, con solvencia profesional, calidad y calidez.
La Clínica Santa Ana, se fundó en base a principios de servicio y de solidaridad humana, de culto a la amistad en su más alta expresión, de mutuo respeto y consideración a los derechos de sus pacientes y a los de sus socios.
Tengamos siempre presente, que la historia es la memoria de los años, es el espejo del tiempo. En el caso de Clínica Santa, su historia continúa reflejando el afán de servicio a la comunidad, dentro de un marco de solidaridad, ética y profesionalismo; ideales que constituyeron la base sólida de sus fundadores. (O)