Los coletazos de la crisis fiscal llegan a los Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD), en gran parte económicamente dependientes del Estado.
Al municipio de Cuenca, el Ministerio de Economía adeuda USD 11’642.267. Corresponden a transferencias de septiembre (70 %), octubre y noviembre. Estas dos últimas, íntegras.
En similar situación están los otros GAD, incluyendo Consejos Provinciales y Juntas Parroquiales Rurales.
Según el citado Ministerio, en la caja fiscal apenas hay USD 184 millones; pero existen atrasos y pagos pendientes por USD 2.800 millones, y un déficit fiscal superior a los USD 5.000 millones.
Nunca pudo estar peor la situación económica del Ecuador, consecuencia también de factores externos.
Si el Gobierno está en apuros por conseguir esos USD 2.800 millones para zanjar los apremios del presente mes, mucho peor están los GAD.
El “papá Estado” ya no aguanta más. Claro, es una obligación legal hacerlo. ¿De dónde saca el dinero? ¿Empeorará la situación en 2024, cuando sobrevengan pagos millonarios por concepto de deuda externa e interna, mermarán los ingresos, en especial por la no explotación petrolera en el Yasuní, o las exportaciones no sean en el volumen previsto?
Según el acalde de Cuenca, Cristian Zamora, si no hay trasferencias, empleados y trabajadores no podrían cobrar sus sueldos.
Para él, las recaudaciones municipales en este último trimestre tienden a reducirse por efectos macroeconómicos y los cambios gubernamentales. En consecuencia, y así lo reconoce, se retrasa el flujo de pagos en su ejercicio económico.
Ha pedido la intervención de los legisladores azuayos ante el Ministerio de Economía; pero ¿cuánto pueden hacer, excepto remitir sus “buenos oficios”?
La crisis fiscal, como tantas veces se ha dicho, afecta a todos, si bien no por igual.
En tal contexto, las exigencias de los GAD y la penuria económica del Estado se acoplan al adagio popular: se encontró el hambre con la necesidad; o pedirse caridad entre pordioseros.