Noboa reestructura la cúpula policial y militar

El presidente Noboa posesionó a la nueva cúpula de las Fuerzas Armadas y pidió la renuncia a los altos mandos de la Policía Nacional, para también ejecutar un cambio. FOTO Jorge Guzmán 

El presidente Noboa posesionó a la nueva cúpula de las Fuerzas Armadas y pidió la renuncia a los altos mandos de la Policía Nacional, para también ejecutar un cambio.

El presidente Daniel Noboa y su ministro de Defensa, Giancarlo Loffredo, han tomado la decisión de declararle la guerra al crimen organizado, a la inseguridad y a la violencia en el país, para lo cual, como una de sus primeras acciones, renovó a la cúpula militar y planificaría efectuar el mismo proceso en la policial.

Según Loffredo, el proceso de renovación era indispensable para enfrentar las “difíciles circunstancias” que enfrenta el país, debido a la delincuencia, que le ha quitado la paz a los ciudadanos.

El nuevo jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (FF. AA.) es el contraalmirante Jaime Vela Erazo, que pertenece a las filas de la Marina; junto a él estarán el general Edwin Addaty, comandante de la Fuerza Terrestre; el contraalmirante Miguel Córdova, comandante de la Fuerza Naval; y el brigadier general Celiano Cevallos, comandante de la Fuerza Aérea.

Sin embargo, para poder nombrar a Vela Erazo, el primer mandatario debió dar de baja a nueve militares que poseían un mayor rango que la nueva autoridad, entre ellos fueron removidos Nelson Proaño, quien cumplía las funciones de jefe del Comando Conjunto; y Gustavo Acosta, excomandante del Ejército.

Proaño y Acosta eran generales de división, el más alto rango al que se puede aspirar en la Fuerza Terrestre y que equivale a más de 30 años de servicio. En esta rama de las FF. AA. también se removió a los generales Agustín Proaño, Santiago Almeida y Danilo Gachet, es decir, la terna que seguía a los oficiales removidos de los que, normalmente se escoge a los reemplazos.

Mientras que, en la Fuerza Naval, para que Miguel Córdova asuma la comandancia general fue necesario dar de baja a Jhon Merlo, quien dirigía esta rama de las FF. AA., y también se envió a su casa al contralmirante Óscar Noboa, quien cumplía las funciones de comandante de Operaciones Navales y que estaba antes en la línea de sucesión.

Tampoco se respetó el orden de sucesión en el caso de la Fuerza Aérea, donde en lugar de Wilfrido Moya, quien se desempeñaba como jefe de Estado Mayor, se nombró a Damián Cevallos, como comandante de esta fuerza.

El cambio no es la solución

Para Oswaldo Domínguez, excomandante de la FAE, el no respetar el orden de sucesión y no elegir a los militares que conforman la terna no solo deja un mensaje negativo a las tropas, sino también a la ciudadanía, a la que se le da la sensación de que el problema de la inseguridad en el país está en cúpula militar, la que necesita ser depurada.

“La inseguridad no es causa, ni termina con el cambio de la cúpula militar, pues es un problema estructural, para el que se necesita la aplicación de una política pública que involucre a todos los órganos del Estado, principalmente a la justicia, que es donde se libera a quienes infringen la ley y que, con mucho esfuerzo son capturados por los policías y los militares”, afirmó el oficial retirado.

Con esta visión concuerda Paco Moncayo, exjefe del Comando Conjunto, quien resaltó que todos los oficiales, incluso los removidos, tienen la misma visión de servicio para el país y su preparación involucra años de inversión del Estado, la cual es desechada al momento en que se los cambia sin un criterio político y no técnico.

“Lo que se hace es show, para demostrar que se está haciendo algo y que en las decisiones se es drástico, pero un cambio como este en los altos mandos debilita, antes que fortalece, no va por allí la solución de los problemas, los mandos que hoy están son excelentes y se han ido otros excelentes, que le ha costado al país su formación”, afirmó Moncayo.

Se viene el cambio en la Policía

Mónica Palencia, ministra del Interior encargada, solicitó la renuncia de todos los generales que integran el alto mando de la Policía Nacional, el objetivo es cambiar a la cúpula policial; hasta el cierre de esta edición no se confirmó el nombre del nuevo comandante general.

Según lo confirmó César Zapata, comandante de la Policía Nacional, la renuncia le fue solicitada a los 16 generales oficiales que integran el mando institucional, todos ostentan el rango de general.

Cabe recalcar que la cúpula policial fue renovada hace menos de dos meses, cuando el expresidente Guillermo Lasso removió a Fausto Salinas, quien cumplía las funciones de comandante general, después de que los siete responsables del asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio fueron encontrados muertos en sus celdas.

APOYO

“Lo que se hace es show, para demostrar que se está haciendo algo y que en las decisiones se es drástico”, Paco Moncayo, exjefe del Comando Conjunto.