Noboa y Abad

Análisis político Marco Salamea Córdova

El distanciamiento del Presidente Daniel Noboa de la Vicepresidenta Verónica Abad, que ha llevado a que se encargue a ésta una función en Israel, no se reduce a un tema de desavenencias personales, sino que es la consecuencia de algunas situaciones que se empezaron a evidenciar desde la propia campaña electoral.

Una primera situación tiene que ver con divergencias ideológicas y políticas. En cuanto a lo ideológico, mientras Noboa ha manejado un discurso que lo ubicaría en una posición neoliberal moderada (“centro-derecha”), Abad mostraría su apego a una postura ultra neoliberal (“ultraderecha”), con su consiguiente defensa de cuestiones como las privatizaciones a ultranza y de negación de los derechos sociales (educación, salud, seguridad social, etc.), amén de su rechazo a las luchas feministas y del movimiento LGBTI. En este sentido Abad haría publica sus relaciones con movimientos como VOX de España, así como su admiración a figuras como Trump, Bolsonaro y MIlei.

En cuanto a lo político, Noboa ha sido partidario de buscar un amplio acuerdo político parlamentario, que le permita lograr mayor gobernabilidad para enfrentar los problemas básicos del país, evitando con esto no seguir con las pugnas políticas en las que se enfrascaron los Gobiernos de Moreno y Lasso; Abad, en cambio, ha expresado su oposición a dichos acuerdos políticos, con la consiguiente posibilidad de continuar dichas pugnas, especialmente con el correismo.

Una segunda situación que explicaría el distanciamiento Noboa-Abad, tiene que ver con el excesivo protagonismo que parecería mostrar la Vicepresidenta, lo que en el día de la posesión se manifestaría en hechos como no acudir a Carondelet sino a un mercado de Quito a celebrar “por su cuenta”, y su declaración de que se dedicaría e visitar las provincias, cantones y parroquias del país. Una situación que sería interpretada en el sentido de que Abad tendría una “agenda propia”, e incluso un interés político personal que respondería a sectores políticos ajenos al Gobierno. Recordemos, incluso, que en el acto de recepción de credenciales por parte del CNE Noboa habló de “traiciones de parte de personas que uno escoge”.

Aunque Abad acogió la función encomendada, advirtió que no dejará de expresarse desde Tel Aviv. (O)