Buñuelos y tamales, dos alimentos que no faltan en las fiestas navideñas

Definitivamente los cuencanos tienen una consigna cuando llega una fiesta o un evento importante: la comida es esencial, debe resaltar y estar presente. Ya ha pasado con el Carnaval, con Semana Santa, con el Día de los Difuntos, y ahora pasa con las fiestas decembrinas.

Ni bien se asoma diciembre, los cuencanos ya tienen lista la gastronomía navideña para ofrecer a todos aquellos interesados en deleitar su paladar.

En esta ocasión, además del pan de pascua y del pavo, también aparecen dos productos que no pueden faltar en las novenas y en las reuniones entre colegas y amigos.

Estamos hablando sobre los tamales y buñuelos, dos alimentos que se han impregnado a los encuentros religiosos y amistosos que son la antesala de la Nochebuena.

Ahora mismo, no hay mercado, cafeterías o huecas de Cuenca que no ofrezcan los tamales de chancho y los buñuelos acompañados con miel de caña o panela.  

“En las novenas no pueden faltar los tamales o los buñuelos. Es que las familias compran y entregan después de la novena a todos los que acompañaron. Son alimentos esenciales”, dijo Sandra Barros, comerciante del mercado 12 de Abril desde hace 35 años.

Desde sus inicios, Sandra elabora los tamales y buñuelos. En el caso de los tamales, estos tienen que ser de chancho. Son los más apetecidos. En cuanto a los buñuelos, además de la masa que contiene una pisca de sal y de azúcar, la miel es la clave. El dulce le da sabor a ese alimento cocido con aceite.  

Y ambos, al menos en la última década, han sido la compañía perfecta de las reuniones previas a la Navidad que se celebra entre las familias cuencanas.

“Es una tradición comprar los buñuelos para compartirlos en las novenas. Mucha gente la compra como agradecimiento para los que participaron en las novenas. Al menos así me comentan desde que yo los vendo en el mercado”, comentó Elena Narváez.

Elena, desde hace diez años, vende sus buñuelos. La receta, compuesta por harina de maíz, agua, manteca de chancho, huevos, un poquito de sal, un poquito de azúcar, y una pizca de royal, la usaba con su familia.

Ahora, con la tendencia que cada vez se vuelve más sólida entre las familias de la ciudad, la sacó del hogar para compartirla en el mercado 3 de Noviembre, en donde vende sus buñuelos.

Precios

Los buñuelos pueden costar desde cincuenta centavos hasta diez dólares. Por lo general, la gente compra grandes cantidades. En cuanto a los tamales, estos pueden conseguirse desde los sesenta centavos. Todo depende del tamaño.

“Yo ahora mismo estoy buscando los buñuelos. Me gusta comprar fresquitos, que sean hechos ese rato para llevarlos a la novena. A mi familia y amigos les gusta tomar con café”, dijo Susana Méndez, quien llegó hasta el mercado 12 de Abril a preguntar por los buñuelos.

Y eso es lo que precisamente buscan los cuencanos, que a sus invitados les guste la comida, que se sientan a gusto, porque, como dice el dicho, “barriga llena, corazón contento”. Y en estas fiestas, la frase debe cumplirse a cabalidad. (I)

Andres Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

Publicaciones relacionadas