(Por el 100 Natalicio de Luis Alberto Luna Tobar)
Hacer esta pregunta y ensayar sus múltiples respuestas debería ser una exigencia autónoma de cualquier persona dentro de su proceso de formación, más allá de la fe. Desde una perspectiva analítica y crítica, la idea de Dios encierra una ficción fundamental, presente en todas las culturas. Como un gran hoyo negro a partir del cual nace, gira, y muere el universo entero, el contenido de esta insondable idea determina el mundo simbólico con tal fuerza que imprime su carácter en la propia constitución de las subjetividades. Si bien pensar lo ilimitado desde la limitación es ciertamente en un límite, al mismo tiempo es una oportunidad para afianzar la propia identidad y la mirada humana. Luego, es la humanidad la que requiere perfeccionarse cuando produce y revela su propia esencia en la producción de este significante significador que, si bien está atado a condicionamientos históricos y sociales específicos, así como a determinadas prácticas vitales, ambos son susceptibles de ser transformados. De hecho, la noción de perfección cuestiona lo imperfecto, lo injusto, lo inarmónico. Más allá de sus contenidos, la sola idea de Dios nos invita a pensar universalmente y a ser incluyentes. (O)