6.000 faroles se encendieron en la Plazoleta de Santo Domingo, en la calle Padre Aguirre y en los interiores de la Unidad Educativa Dominicana San Luis de Beltrán. El motivo: los 90 años de la coronación canónica de la Virgen Morenica del Rosario.
Cientos de personas se encontraron en Santo Domingo para ser parte de un evento que año a año atrae por su religiosidad y presentación a través del Festival de las Luces.
El encuentro empezó a las 18:00, con la presentación de la imagen de la Virgen de la Morenica del Rosario. Los creyentes la saludaron y se persignaron al ver a la Morenica, quien recibió la coronación canónica un 8 de diciembre de 1933 por parte del Vaticano.
Después de la presentación, los presentes tuvieron la oportunidad de encender los miles de faroles que se colocaron en los alrededores de la iglesia de Santo Domingo. El acto generó paz y gozo entre los asistentes.
Para el armado y colocación de los faroles, la Orden Dominicana, organizadores del festival, contó, una vez más, con el apoyo de la Universidad del Azuay y de la Fundación de Turismo municipal.
“Los estudiantes de la Facultad de Diseño, como todos los años, nos ayudaron a elaborar los faroles, las alegorías y el bordado en el pavimento”, dijo Esteban Pacurucu, coordinador de la Orden Dominica.
Tras prender el fuego, los creyentes acudieron a una misa en la que se agradeció y recordó la coronación de la Virgen de la Morenica. Después, una serenata llenó de música la Plazoleta de Santo Domingo.
Un libro para recordar
En conmemoración de los 90 años de la coronación, la Universidad del Azuay, a través de su Casa Editora, presentó el libro “Luces, fe e historia”.
La obra, escrita por Genoveva Malo, Soledad Moscoso y Carolina Vivar, recoge la historia del Festival de Luces, de la coronación de la Virgen Morenica y de la Orden Dominica en Ecuador.
El libro se encuentra disponible en formato digital y puede ser descargado, sin costo alguno, en la página web: https://publicaciones.uazuay.edu.ec/.
Fe y turismo
Cada año muchas más personas llegan para participar en el Festival de las Luces. Al menos así lo ha notado Cecilia Guiracocha, quien vende empanadas afuera de la iglesia de Santo Domingo. Para ella, el encendido de los faroles es un acto de fe y de turismo.
“He visto que mucha gente llega acá para prender los faroles. Es un acto que gusta y que puede atraer a los turistas. Es único en Cuenca. A la gente le gusta no solo por la religión”, opinó Cecilia.
Si bien el festival es parte de una conmemoración religiosa, para Esteban Pacurucu todas las personas pueden ser parte de un acto que se apresta a cumplir un siglo en Cuenca. Y precisamente por el tiempo que se va a alcanzar es que la Orden Dominica se alista para celebrar, año a año, la coronación y el festival, de una manera que atraiga más adeptos a la Plazoleta de Santo Domingo. (I)