Los cóndores ya se habrán ido

Andrés F. Ugalde Vázquez @andresugaldev

En medio de todo el caos de la violencia, una accidentada campaña electoral y un gobierno que asume una economía en cuidados intensivos, el tema ha quedado de lado. Y, sin embargo, aún pende como un hacha sobre nuestra conciencia. La minería, las concesiones del infame gobierno de Lasso, las victorias de las consultas populares que se transforman en derrotas en las mesas de los oscuros inversionistas que juegan a sacrificar la naturaleza. Loma Larga Quimsacocha, Huambuno, Mirador, Cristal, nombres que duelen, heridas abiertas.

Mientas las exportaciones mineras aumentan sin pudor (este año cerrará con exportaciones por sobre los USD 3.000 millones y crecimiento del 21 % con respecto al 2022) y nos encaminamos al pernicioso sendero de la economía primaria; el Napo y los páramos siguen siendo mudos testigos de los campesinos amenazados en medio de un desierto de relaveras y ríos muertos.

Y mientras tanto, la justicia comprada al precio del vil metal que vomitan los socavones, falla a favor del naufragio y se lava las manos ordenando continuar con la fase de explotación mientras, casi como una broma de mal gusto, se realiza una nueva consulta popular para ganarse e ignorarse en el mismo acto. Todo, además, bajo la siniestra mirada de aquellos gobernantes que protegen los oscuros intereses de los que los llevaron al poder. Eso es el Ecuador, una baratija más en el mercado mundial de los bienes primarios. Un país a la venta. La escudilla levantada…. Una moneda por el amor de dios…

¿Es que acaso no nos damos cuenta de que nos están negando la vida? ¿De que nos están incautando la memoria? … ¿Cuánto tiempo más hemos de seguir pagando deudas ajenas? ¿Hasta cuándo seguiremos postergando amaneceres? ¡Y no! A nadie le debemos nada salvo a nuestra tierra, herida… desgarrada.  Ninguna deuda tenemos salvo con la vida.

Seguirán, sin duda, las oscuras concesiones forjadas en los pasillos del poder. Seguirán, sin duda, vendiendo la tierra al precio de la conciencia. Pero sepan bien, que el pueblo recuerda y un día despierta. Sí, podrán vender hasta las mismas cordilleras, pero los cóndores ya se habrán ido… (O)