Diversidad de temáticas en obras de los ganadores de la edición 16 de la Bienal de Cuenca
La migración, los estallidos sociales y la poesía son las temáticas que utilizaron en sus obras los ganadores de la edición 16 de la Bienal de Cuenca que arrancó el 8 de diciembre en ocho espacios del Centro Histórico.
En esta ocasión, quienes se llevaron los tres Premios Adquisión, cuyo monto es de 20.000 dólares, fueron el venezolano Alexander Apóstol, la chilena Volupsa Jarpa y el ecuatoriano Patricio Palomeque.
En el caso de Apóstol, el artista presentó “Ser latino es estar lejos”, un proyecto compuesto por 12 módulos de madera que fueron pintados de color negro. Las figuras forman una especie de rayuelas gigantes que funcionan como mapas, como medios de desplazamiento usados por las personas que han tenido que migrar.
Para el montaje se usó el Museo de Arte Moderno. Allí, en una de sus salas, el espectador tendrá la oportunidad de mirar una serie de figuras que se imponen sobre quien las observa.
“El concepto de la obra es fuerte, porque nace del juego propio de desplazarnos de aquí allá, de trasladarnos. El artista hizo una investigación que fue más allá del propio desplazamiento de los migrantes”, explicó Daniela Guayas, quien funge de mediadora en el Museo de Arte Moderno con motivo de la Bienal.
Por su concepción y montaje, el proyecto de Apóstol resultó ser uno de los tres Premios Adquisión. Es decir, la obra del venezolano pasará a formar parte de las colecciones que custodia la Fundación Bienal de Cuenca.
De la poesía al estallido
En el segundo piso de la Antigua Escuela Central se encuentran los otros dos proyectos que fueron seleccionados como Premios Adquisión.
En primera instancia, al subir a la segunda plata, el visitante se encontrará con la obra de Patricio Palomeque. El artista ecuatoriano escogió el poema “Catedral Salvaje”, de César Dávila Andrade, para que un grupo de personas dedicadas a la literatura, a la danza, al teatro y la gastronomía lo leyeran.
Esa lectura se grabó en diferentes espacios arquitectónicos y paisajísticos. El resultado, los videos, fueron expuestos en pantallas que forman un círculo. Los visitantes, al estar en el centro de ese círculo, escucharán distintas voces que provocan un traslado a un espacio en donde solo hay versos.
Más allá de la obra de Palomeque se encuentra el otro premio, que pertenece a Volupsa Jarpa. La chilena, en su caso, armó un proyecto en el que la memoria colectiva recuerda cuatro estallidos sociales ocurridos en Ecuador, Colombia, Perú y Chile.
A través del video y de mapas se expone lo vivido por aquellas personas que dejaron sus casas, sus trabajos, sus estudios, para reunirse y exigir cambios a los gobiernos.
“En esta investigación, lo que hace Volupsa Jarpa es identificar dónde se reunía la gente, cuál es el motivo por el que se reunía la gente. Las conclusiones las saca a través de la memoria colectiva”, explicó Santiago Calle, mediador en la Antigua Escuela Central.
Todas las obras, tanto las ganadoras como las que fueron seleccionadas para ser parte de la Bienal de Cuenca, estarán expuertas hasta el 8 de marzo de 2024. El ingreso a los espacios en donde se exponen es libre y gratuito para todos los públicos.
Inmersión e historia
Una de las características de la 16 Bienal es su diversidad de propuestas que no solo sirven para mirarlas. Hay proyectos inmersivos que invitan a recordar y pensar que existe un mañana a pesar de las adversidades y sucesos que se viven a diario.
Por ejemplo, en la misma Antigua Central, la artista María Rosa Jijón, con su proyecto “Vertical, horizontal, las figuras del poder”, armó una mesa para que los asistentes planteen cómo quisiera que su mundo sea mañana. Como parte de él también se habilitó una pared para que le gente escribiera lo que quisiera.
En el primer piso, en cambio, la artista Gabriela Rivadeneira montó una obra con la que se transcribió, con letra manuscrita, “Los guandos”, la novela que empezó a escribir Joaquín Gallegos Lara y que terminó Nela Martínez.
El libro hace referencia a los llamados guandos, los indígenas que fueron explotados para cargar objetos de los latifundistas desde Huigra hasta Cuenca.
Como parte de la obra de Rivadeneira, en el piso se colocó sal para hacer referencia a otro evento suscitado en la capital azuaya: la huelga de la sal ocurrida en 1925. (I)
Sedes de la Bienal
Museo Municipal de Arte Moderno
(Lun-Vier 9:00-17:00 / Sáb y Dom 9:00 – 13:00)
Casa de la Lira
(Lun-Vier 9:00-18:00 / Sáb 9:00-13:30)
Salón del Pueblo
(Mar-Sáb 9:00-18:00)
Galería de la Alcaldía
(Lun-Vier 8:00-16:30 / Sáb 10:00-13:30)
Sala Proceso
(Lun-Vier 10:00-19:00 / Sáb 1 1:00-13:00)
Antigua Escuela Central
(Lun-Vier 8:00-16:30 / Sáb y Dom 9:00-14:00)
Capilla Museo de la Medicina
(Lun-Vier 8:00-16:30)
Museo Pumapungo
(Mar-Vier 8:00-17:00 / Sáb y Dom 10:00-16:00)